NARRADORA
Alaia llegó al centro del bosque, donde se encontró a varias manadas reunidas en el lugar para celebrar aquel evento y, aunque todos mostrasen serenidad, en su interior sabían que aquello no acabaría bien, un aquelarre nunca lo hace.
- No sabía que habían tantas manadas- Dijo Alaia sorprendida.
- Somos 50- Informó Wyatt- Al menos en Seabrook, algunas han venido desde Canadá y Brasil.
Mientras Alaia y su manada se iba acercando al centro del grupo esta vio dos grandes piedras en el centro de todo, fueron las que transformaron a Addison tiempo atrás y ahora, serían las que traerían la discordia al mundo.
- ¡Alaia!- Gritó alguien, la chica se dio la vuelta antes de recibir un gran abrazo de oso de su hermano, Bucky, hacía tiempo que no hablaba con él, lo extrañaba y a pesar de todo allí estaban, abrazados, rezando porque aquel no fuese su último abrazo- Sé que siempre lo has hecho pero cuídate, por favor- Susurró el chico al oído de su hermana mientras brotaban de sus ojos dos lágrimas, y de pronto un tirón del chaleco de Bucky los separó, eran los Acey's, habían venido también al evento, el cual fue patrocinado por Addison, los estudiantes de Seabrook se encontraban allí reunidos junto a otros zombies que miraban con desagrado a Alaia y a su manada, junto a Zed, el cual se encontraba con ellos.
- Sigo sin creer que después de que Addison os salvara la vida ustedes la repudien- Escupió Eliza con molestia, los lobos solo la ignoraron, todo comienza, ahora.
El cielo se nubló, una fuerte brisa azotó el lugar haciendo que solo ambas Alphas tuvieran que moverse, moverse hacia las piedras sobre las cuales había un cuchillo de plata, Addison lo cogió y tal y como se había que hacer cortó una pequeña línea en su mano, provocando que ahogara un grito mientras cerraba ambos ojos con fuerza, sin embargo Alaia soló hizo un corte, sin expresión alguna.
- Como no- Pensó Addison- Ella está más acostumbrada al dolor.
Ambas chicas pusieron sus manos sobre las piedras, haciendo que gotas de sangre cayeran por sus laterales, sangre la cual brillaba con fuerza antes de desaparecer ante el contacto con el suelo, ambas chicas se extrañaron pero un gran foco de luz situado sobre sus cabezas las despistó y sobre cada una apareció la imagen de una chica, una con cabello blanco y otra negro, todos los presentes, lobos evidentemente, se arrodillaron ante aquello dejando a los humanos y a los zombies algo desconcertados, las siluetas de ambas chicas miraron con expresión indiferente hacia sus lados antes de parar la vista en el zombie que había junto a los lobos de la manada de Alaia, el cual al notar la mirada de ambas sobre él se arrodilló, aunque él no fuese un lobo era parte de la manada y aquel acto hizo que en el rostro de la chica de cabello blanco se formara una hermosa sonrisa, sin embargo, cuando miraron a los humanos y zombies de la manada de Addison la chica de cabello negro frunció el ceño, ninguno de los presentes no lobos no sabían que hacer, la Alpha de la manada de Luna Azul había enseñado bien a aquel externo, a pesar de no haberle dicho nada, sin embargo, la Alpha de la manada Ocaso, a pesar de haber estado día tras día presumiendo sobre todo lo que ella sabía, no les había enseñado nada. Cuando las miradas de aquellos espectros se conectó con el de las chicas sus ojos se iluminaron y sus miradas se fue hacia el cielo, el aquelarre había comenzado y ya nada podría hacerse hasta que este terminara.
- ¿Listo?- Susurró Xana a Xein, quien solo asintió con maldad.
- ¡Zombies y humanos!- Gritó el lobo- ¿Quién queréis que sea líder de las manadas?- Preguntó desconcertando a todos- Addison, una chica amble que siempre ve por el bien ajeno- Empezó a narrar el lobo- O Alaia, quien solo se preocupa por ella misma- Gruñó el lobo, haciendo que zombies y humanos la abuchearan, la manada de Alaia se enfureció, pero rápidamente miraron a Alaia, su expresión cambió por completo, ahora su expresión mostraba horror y miedo.
