Capítulo 2

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Narra Sarah

8:00 am.

La alarma de mi teléfono no dejaba de sonar, me levante de mi cama.

—Otro día de mierda —Murmuro caminando hacia el baño.

Me cepille los dientes, me lave la cara y me metí a la ducha, salí y me miré en el espejo que colgaba en el baño, pude notar un moretón en mi mejilla.

—¿Por qué papá? —Susurro tocando el moretón, tome un poco de maquillaje y lo cubrí.

Salí del baño, me puse mi ropa interior, estaba haciendo mucho frío así que decidí ponerme una sudadera, unos jeans y unas botas , cepille mi cabello y me hice una coleta alta con algunos mechones sueltos, mi maquillaje era natural, salí de la habitación y camine hacia la sala, mi padre estaba dormido con una botella de alcohol en la mano, camine lentamente, abrí la puerta, estaba apuntó de salir cuando...

—¿A donde crees que vas? —Preguntó mi padre tomando me fuerte de la mano.

—Voy a trabajar, sé que esta noche vas al casino y de seguro vas a necesitar dinero —Respondí con frialdad soltando mi mano de su agarre, salí de la casa lo más rápido posible.

Camine hasta llegar a la cafetería, entre y vi que había muchos clientes, significa más dinero, estaba Karla, la dueña del lugar, una señora muy mayor,  me dirige hacia ella con una sonrisa, de verdad adoro a Karla es una mujer muy dulce.

—Buenos días karla —Saludo con una enorme sonrisa.

—Buenos días mi niña, bueno jovencita hay muchos clientes a
trabajar —Saludo imitando mi gesto.

Me puse mi mandil y empece a atender varias mesas.

(****)

12:00 am.

Estaba sentada en una silla, me dolía mucho el estómago, no había desayunado.

—¿Qué tienes mi niña? —Preguntó Karla con un tono de preocupación.

—Karla, no me siento muy bien, no he desayunado —Colocó mi mano en mi frente.

—Por Dios niña te vas a enfermar, te voy a preparar algo.

—No quiero causar problemas —Digo con la cabeza baja.

—No seas tonta mi niña —Besa mi frente, se aleja de mi para entrar a la cocina.

Pasaron unos minutos, Karla me trajo un sándwich de pollo, comí y regrese a mi trabajo.

(****)

2:00 pm.

Ya no había tantos clientes, terminando de entregar un pedido en la mesa dos, la campana de la puerta sonó indicando que entraban más clientes, dios esto no va a terminar nunca, entraron dos adonis,  dos hombres jodidamente hermosos, un hombre de cabello castaño, tés morena y ojos verdes, y el otro hombre, cabello negro, tés blanca, ojos azules y tenía un pequeña barba,  se sentaron en la mesa cuatro, camine hacia ellos para tomar su pedido.

—¿Qué van a ordenar? —Le pregunte a los dos chicos.

—Yo quiero unos Waffen con chocolate y una malteada de
fresa —Dice el de ojos verdes.

Tome nota.

—Y a usted ¿Qué se le
ofrece? —Pregunto mirando al de ojos azules.

—Una taza de café y unos
panqueques —Dice con una sonrisa.

Tome nota y camine hacia la cocina, le di el pedido a mi compañera de trabajo, Tami, y regrese a atender a las otras mesas, pasaron unos minutos y sentía que me observaban, dirige mi mirada hacia le mesa cuatro y vi que el de ojos azules me miraba.

—¡Sarah la orden de la mesa cuatro esta lista! —Grito Tami.

—¡Ya voy! —Respondí agotada.

Tome las órdenes y las lleve a la mesa de los adonis.

—¿Se les ofrecer algo
más? —Pregunté con una sonrisa.

—¿Me das tu número? —Pregunto el de ojos azules.

Mi sonrisa se borro de inmediato.

¿Que rayos?

—Lo siento, no tengo teléfono —Le doy una sonrisa falsa.

El hombre ojos verdes empezó a reír.

—Si no se les ofrecer nada más, me
voy —Digo seca.

Estaba apuntó de retirarme cuando sentí que alguien me dio una nalgada, me quedé quieta por un momento, sentí como me hervía la sangre se rabia, me gire, tome el tenedor que esteba en la mesa y lo clave en la mesa rozando unos centimetros  la mano del hombre de ojos azules.

—¿Qué mierda? —Dice molestó.

Lo tome de su camisa.

—Escucha muy bien, si crees que soy fácil, que con solo verte te abriré piernas, pues estas muy equivocado amigo, conmigo nadie se mete —Solté su camisa.

—No sabes con quien te estas
metiendo —Dice, me da una sonrisa que daba mucho miedo.

—Me importa una mierda —Camine hacia Karla.

—¿Qué pasó ? —Pregunto con preocupación.

—Nada...  —Respondí a su pregunta tocando mi cabeza.

—Si quieres te puedes ir, ya no hay tanta gente y tengo a las demás meseras, tranquila no lo voy a descontar de tu sueldo —Dice tocando mi cabello.

Joder esta mujer es un sol.

—Muchas gracias Karla, le prometo que no volverá a pasar —Digo.

Abrí la puerta para salir de la cafetería y dirige la mirada a la mesa cuatro, el hombre de ojos azules me dio un sonrisa.

Salí del restaurante y me dirige al hospital, llegue y me puse mi uniforme de enfermera.

(****)

3:00 am.

Estaba caminando a mi casa, había sido un día largo y agotador, solo esperaba llegar a mi casa y descansar cuando recibí una llamada.

Ehh ¿Hola?

           —Hija soy yo, tu padre, podrías
        venir al casino.

Colgó la llamada.

Carajo ¿Cuando va a terminar todo esto?

Vendida al Diablo    [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora