Capítulo 24

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CAPÍTULO 24

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CAPÍTULO 24.

Posada Valeciano.

Verónica se levanta de la cama de la posada, con el mismo hombre de la otra vez y abrochando su sostén.

Esto lo han estado haciendo todos los días. Casi a la misma hora, Verónica sale de casa con la excusa de que va a la biblioteca para venir a parar aquí.

Sale la señora Monserrat de la habitación y al cerrar la puerta, deja a un hombre rendido en los brazos de Morfeo.

¿Qué le has hecho, maldita bruja?

Se percata de que está siendo observada. Al mirar a todo los lados del pasillo y no ver a nadie avanza a la recepción.

Estaba justo por salir a la calle hasta que...

—¿11? —La voz de una mujer a sus espaldas la detuvo, provocando que al voltearse se encontrara una cara conocida.

—¿10?

—¡Increíble! Nunca pensé que te volvería a ver —dijo una mujer muy emocionada, de aproximadamente 40 años, cabello rojo y vistiendo ropas cortas.

¿Qué pasa aquí?

—¡Yo tampoco! ¡Cuánto tiempo! —la saludó Verónica.

—¿Cómo ha sido tu vida después de que dejaras...? —Verónica le tapó la boca.

—Sh, sh, sh. Conversemos aparte. —Se fueron hacia una esquina de la posada.

—¿Por qué tanto misterio?

—¡Silencio! —Verónica miró a todos lados—. Quise escapar, y lo logré. Logré dejar mi pasado atrás pero, sucedió algo que me lo trajo de vuelta.

—No te veo hace 20 años, mujer. Cuéntamelo todo.

Minutos después...

—Y así fue todo

—Entonces, sí hay forma de escapar —dijo la muchacha con los ojos abiertos y sorprendidos.

—Sí, pero a un gran costo.

CASA DE KAREN.

Karen está sentada en la mesa a la par del sonido de un auto parqueándose. Luego se escuchó el sonido de una puerta cerrándose.

—¡Karen, llegamos! —dijo Carmen—. Un beso, cariño. —Su madre la iba a besar, pero esta le viró la cara—. ¿Karen?

La chica tomó los papeles y los tiró sobre la mesa de su lado derecho.

—¡Explíquenme esto! ¿Qué es esto? —decía mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

Esto llamó la atención del padre y al mirar los papeles, tanto como Carmen, su cara se tornó blanca y pálida como la cal.

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