Capítulo 37

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¡Sorpresa! ¡¡¡¡Un capítulo antes de tiempo!!!! Espero lo disfruten mucho pero antes queremos hacer una encuesta, es muy importante para el futuro del libro.

Respondan

¿Qué pregunta le quisieran hacer a los personajes si los tuvieran delante de sus ojos?

Muchas gracias y comencemos con el capítulo de hoy.

CAPÍTULO 37

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CAPÍTULO 37.

Ese momento…

Todos con su mirada sobre Verónica, ella mirando la carta en el suelo

—No disimules, 11. —Miró a Brayan—. Tienes que hacerlo.

—Nunca he dicho que no lo haría. No sé quién te ha dicho que soy la misma de tiempo atrás. Las cosas y personas cambian, Brayan. —Le sonrió.

—Deja de perder el tiempo y bésame —la tomó de las mejillas—. Ven aquí. —Andrea dio un grito de emoción, todos miraban la escena.

—¡Beso, beso, beso! —Con las palmas de las manos resonando como aplausos, pero no solo era lo que sonaba en la zona. No estaban solos.

Unas pisadas se sintieron por las tierras junto con la luz de una linterna, blanca.

Eso llamó la atención de los chicos.

—Chicos… —dijo Zoe levantándose lentamente, mirando tras los árboles—, no estamos solos.

Verónica se soltó de las manos de Brayan, las hizo a un lado y prestó atención a lo que decía Zoe.

—¿Alguien?

A lo lejos se veía la silueta de alguien, conocido, junto con otros hombres.

Eduard.

—Chicos… —Los mira a todos—. ¿Listos para una buena carrera?

—¿Una qué? —gritó Verónica.

—Si nos encuentran estaremos en un gran problema —hablaba 10 entre dientes, inmóvil—. ¿Vamos?

—¡Corran!

Todos emprendieron a correr dejando la fogata encendida; Verónica tras Andrea, asustada.

Los pies de todos empezaron a tomar una velocidad considerable, impulsados por el miedo, corriendo entre los árboles.

Verónica corría muy rápido, tropezándose muchas veces con las ramas del bosque, mirando hacia atrás. Se podía sentir el ladrido de los perros.

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