[FINALIZADA EN EDICIÓN] Si la vida te diera una segunda oportunidad de darle placer a través de un secuestro. ¿Lo harías?
Cristal toda la vida ha vivido bajo el cuidado de un volcán en erupción, mejor dicho, la tía Verónica.
Y aunque no fue de la me...
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CAPÍTULO 19.
MANSIÓN MÉNDEZ.
—¿Con hambre a estas horas, conejita?
¡Y vuelve con eso!
—¿No vas a parar de decirme así nunca? —Cristal rodó los ojos, cansada.
—Nop.
—¿Seguro?
—Nop.
—Bueno, después no digas que no te lo advertí. —Se cruza de brazos y Hansel se queda callado esperando el insulto. Cristal lo observa alejarse, y cuando está un poco lejos le dice—: Cafetera.
—En la repisa.
—No me refería a eso, me refería a ti —Hansel se da la vuelta, confundido y se acercó a Cristal, invadiendo su espacio personal.
—¿Cafetera?
—Sí, que calienta y calienta pero no cuela.
Oh my god. ¿Esa es mi Cristal?
¡Paren el carro que me la cambiaron!
Hansel pasó su lengua levantando el interior de su cachete mientras la miraba seriamente, ella lo miraba con furia pero algo divertida, sin importar las consecuencias el repitió:
—Conejita.
—Cafetera.
—Conejita, ve a comer zanahoria.
—¿Por qué mejor no aprovechas que estas en la cocina y te hechas azúcar? El café amargo sabe mal. ¿Sabías?
—Deberías medir tus palabras... —hizo una pausa y cuando Cristal pensaba que no iba hablar más, lo soltó—: Y comer pasto.
—Infantil.
Cristal lo miraba con odio, estaba cansada de sus apodos. Entonces Hansel, quien nunca dejó de mirarla a los ojos de la misma forma, la agarró de la cintura y en un movimiento rápido la besó.
Cristal empezó golpeando su pecho y queriendo separarse, pero entonces cedió.
Sus labios empezaron a moverse al compás de los de Hansel. El ambiente de la cocina pasó de ser tenso a apasionante. Hansel cargó el peso de Cristal entre las piernas y la subió a la meseta donde la siguió besando.
La pasión del beso fue aumentando, había mucho más calor en la cocina. Una mano traviesa empezó a subir bajo el camisón de Cristal en un toque sexual que trajo escalofríos a su piel. Y justo ahí, cuando nada podía interrumpir un beso lleno de fuego, suena un teléfono.
—Mierda... —susurra Hansel y se separa.
Cristal apenas estaba respirando y en cuanto se percató de lo que estaba pasando, su cara se volvió un tomate.
—Yo... —se baja de la meseta—. Me tengo que ir —y sale corriendo.
—¡Oye, espera! —intentó correr detrás de ella pero el sonido de su móvil volvió a detenerlo—. ¡MALDICION! —descuelga el teléfono y lo coloca bruscamente en su oído—. ¿Qué quieres?
***
—¿Entonces, tu sobrina? —preguntó el hombre.
—No te hagas el inocente —Mira su cara—, yo sé que tú la tienes.
—¿Y por qué estás tan segura?
—¡Ay, por favor! ¡Sé llenustedes hacen caza en luna llena!
Al parecer la tía volcánica sabe más de lo imaginado.
Además de insoportable. ¿Maleante?
—¿Y?
—Y... mi sobrina fue secuestrada el viernes en la noche, justamente uno de los días de luna llena.
—Eso no prueba nada. —El hombre le dio una calada a su cigarrillo.
—Z, por favor, no te dejes guiar por lo que pasó.
—Lo que pasó es culpa tuya.
Verónica arrugó la frente —¿Mía?
—Sí, sabes que sí.
—Pero...
—¿Cómo es tu sobrina? —él la interrumpe.
—Su nombre es Cristal, es de cabello lacio...
—¿Ajá?
—Largo, ojos claros...
—¿Ajá? —Prendió con una chispa su cigarrillo por segunda vez.
—17 años...
—Sí, sé cuál es.
—¿Qué tengo que hacer para que me la des?
—Se la di de regalo de cumpleaños a mi hijo.
—¿Qué? —Se levanta de la silla—. ¿Acaso estás loco? —El hombre sacudió la cerilla del cigarro y se lo colocó de vuelta en la boca—. Cínico...
—Sabes lo que me tienes que dar.
—¡Eso nunca!
—Entonces... No tienes a tu sobrina. —Alzó sus hombros.
Eso es chantaje.
Verónica dudó al inicio, pero al final aceptó. —¿Dónde te ubicas?
—Si crees que te voy a dar mi ubicación estás muy equivocada. —Él enciende el teléfono para hacer una llamada, deslizando su dedo sobre la pantalla y marcando un contacto—. No responde...
—Me la tienes que dar o llamaré a la policía, resolveremos esto entre nosotros: tú me entregas a mi sobrina y yo no te denuncio de una vez por todas.
—No te hagas la mosca muerta, ni la santa. Recuerda que tanto tú, como yo, somos los culpables de todo.
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¡Buenaaaas por aquí! Llegaron las escritoras volcánicas, uy perdón, no somos malas. Buajajaja. Díganos mis bellos.
¿Quien es el señor Z? ¿Y por qué Verónica...? Queremos opiniones.
Y también: dígannos que se rieron en la parte de Cristal cuando le dijo a Hansel "cafetera", porque nos hemos muerto de la risa.
Por último: Perdón por la tardanza pero, ¡¡¡¡SI LLEGAMOS A 3K HAY ACTUALIZACIÓN!!!!
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