Daré Hasta El Alma Por Ti (JinTae) TERMINADA

Corrigiendo mis errores

Narra Yoongi

-¡Algo debe poder hacerse Namjoon! - grite fuera de mi - la culpa es de tu estudiante, este niño arruinó todo.

Los ojos del dios de la muerte me miraban con impaciencia, deseándo me fuera y no siguiera fastidiando más, el destino estaba marcado y Jungkook solo aceleró lo que cada una de la vidas que ellos tenía que pasarles. Pero eso era información que yo no quería entender, mi pensamiento había sido frío por siglos, pero desde que conocí a Jimin mi forma de ver todo había cambiado radicalmente, no porque me hiciera más piadoso, ¡Carajo no! ahora sólo quería estar con él y haría lo que fuera para conseguirlo.

-En serio lo lamento Yoongi - las lágrimas de Jungkook comenzaron a caer, Namjoon lo miró sorprendido.

-Jungkook... - atinó a decir y se acercó a él cariñoso.

-Prometo hacer algo para arreglar la situación de ellos - me dijo

-No fue tu culpa - Namjoon lo abrazo y me dejo boquiabierto, cuando en medio de la sorpresa Jungkook también abrazo a Namjoon haciendo que esté se sonrojara.

Yo miraba la escena entendiendo todo. "Maldita sea" pensé y sin decir palabra me fuí.

"Debe existir una forma de ayudarlos y devolverle a Jimin la felicidad de su amigo, si arreglo esto tal vez él quiera amarme de nuevo pero ¿Cómo?"
Pasé por horas recordando cada rito, cada tradición, cada leyenda que tenía a la mano, de todas las culturas del mundo tratando de buscar alguna que pudiera devolverle los recuerdos a Seokjin y conseguir que recordara a Taehyung cuando sin darme cuenta que había llegado muy lejos, casi choco con una enorme imagen de Buda, me pare en seco molesto y mirando alrededor para cerciorarme de que nadie me había visto, llegó a mi visión el templo que seguía de la imagen. Cómo idiota camine al atrio y cuando entré, estaba vacío a excepción de las miles de imágenes y las velas que alumbraban el lugar creando una atmósfera relajante así que me senté y cerré los ojos esperando una jodida revelación, cuando sentí una presencia atrás de mi, abriendo lentamente mis ojos miré a un monje sonriente que cambiaba los inciensos del altar.

-Supongo que tienes un problema buen hombre, ¿Puedo ayudarte? - pregunto amable.

-Dudo que puedas hacer más que cerrar los ojos por un largo periodo de tiempo haciendo sonidos graciosos, pero si tienes una fórmula para recuperar los recuerdos me harías un gran favor - concreté
con mi habitual cara de fastidio y hartazgo.

-La solución jamás está en el pasado querido amigo, el destino es el destino y si se tiene que cumplir se cumplirá, solo recuerda no aferrarte a las personas. - me dijo el monje con una expresión amable.

-¿De que carajo hablas? Sin el pasado no existiría el futuro y como puedes amar a una persona sin recordarla. Además ¿Cómo sabes que me aferró a alguien? - dije sintiéndome más listo.

-El dolor es visible en alguien que cree que lo perdió todo - el monje sonreía más franco aún cuando mi expresión pasaba del sarcasmo a la incredulidad. - pero creo que debes saber algo, lo único que importa en esta vida y las vidas futuras es el amor, incondicional, sincero, es lo único que tenemos y permanece para siempre, nos acompaña en nuestro viaje a través de los tiempos y nos llena de paz.

Me dejó pensando en esas palabras por un rato, para mi el tiempo en la tierra había sido inútil y ser seleccionado como un dios de la muerte le había dado una propósito a mi existencia pero no me hacía totalmente feliz, solo la sonrisa de Jimin me hacía capaz de disfrutar cada pequeño detalle de este cuerpo mortal lleno de defectos y dolores con la terrible sentencia de morir, la sonrisa y la calidez de mi pajarito habían derretido mi corazón y habían justificado la existencia de la humanidad que yo casi nunca soportaba, en resumen, me enseño a ver la belleza de lo fugaz.