Daré Hasta El Alma Por Ti (JinTae) TERMINADA

Antes ya te conocí.

Narra Taehyung, recuerdo de una vida anterior

"La noche estrellada brillaba más en tus hermosos ojos castaños, tan profundos que me invitaban a perder la razón por ti..."

La pluma se comportaba de una hermosa manera sin chorrear la tinta por todo el papel como casi siempre que escribía sobre cualquier banalidad, lo cual me tenía absolutamente feliz. Era una noche de invierno tan fría que mis dedos dolían pero mantenía en perfecto estado mis materiales de trabajo y no podía estar más complacido. Por fin en mi solitaria vida había encontrado una razón muy poderosa para escribir y a pesar del riesgo que esto tenía, no me detendría ante nada para que el objeto de mis deseos se enamorara de mi.

¡Ah, mi amado Seokjin!¿ Cómo es que la vida era tan injusta para mostrarme el paraíso en tu sonrisa y no dejarme vivir ahí? Los detalles de nuestro encuentro son vívidos en mi mente, tú, caminado suavemente con tu hermosa figura de ángel rivalizando con los rosales y tulipanes de tu jardín con un traje rosa tan entallado que me deja sin aliento al contemplar tu gloria, ningún escrito en la tierra te haría justicia, yo, el primer día trabajando en tu afamada mansión junto con la demás servidumbre, pensado que ese día sería como todos viviendo por cualquier razón.
Cuando te ví, lo blanco de tu piel erizo la mía, no pude evitar acercarme a ti como poseso de una fuerza superior, me miraste desdeñoso, era normal, un hombre rico y poderoso ¿Que puede admirar en un muchacho banal? Mi corazón se desbocaba sin más, importando poco que no me pudieras corresponder, la inspiración para volar y el viento de mis alas no se podrían detener.

Aún tengo en la mente las primeras palabras que salieron de tus labios para mí...

El golpe hueco en la planta alta se dejó sentir, los sirvientes gritaban y corrían a auxiliarte pero eran rechazados por ti, me aventure, no dejaría mi oportunidad ir, estabas en el suelo con tu delicada figura perdido de embriagues ofendiendo a todo el que te quisiera ayudar, no había visión más hermosa, tus mejillas tan rosadas y tú negro cabello despeinado me invitaron a pasar haciendo señas a los demás de que yo cuidaría de ti, entre despacio cerrando la puerta con seguro atrás de mi, era tal vez mi única oportunidad e ignorando tus protestas te tome en mis brazos y te puse en tu cama con cuidado, te quedaste callado mientras te desvestí, sentía que las venas de mi cabeza estallarian de excitación al ver y sentir la piel desnuda que llevaba meses quitandome el sueño.

- ¿Quién eres tú?- Me preguntaste arrastrando tu tierna voz exagerando el movimiento de tus carnosos labios mientras ponía tus sábanas de seda sobre ti.

- Yo mi señor soy su empleado más fiel, el más devoto, el más entregado a usted, pídame lo que quiera -  no podía ocultar mi lujuria y en medio de tu inconsciencia parecías notarlo porque tus mejillas se llenaron de un rubor tan rojo que parecía que la sangre se agolpaba aún mas.

- Nunca te había visto - me dijiste volteandote de lado en tu cama.

- Claro que sí- proteste - yo cuido de las flores en su jardín y lo cuido también a usted - Dije tapando tu hombro desnudo notandolo ancho y masculino - Sólo es cuestión de ver, más allá de sus tesoros y su poder, la vida se desarrolla esperando se fije usted

Me miraste sorprendido, te veías tan desprotegido pero al mismo tiempo tan vivaz.

"Pareces una obra de arte" te dije sin pensar y consiente de mi atrevimiento por primera vez el miedo de perder la vida me invadió haciéndome levantarme de prisa para irme pero no me lo permitiste, tomaste mi mano y me detuviste.

- No quiero dormir sólo, háblame más - tragando saliva me detuve por la presión de tu mano, habías quedado colgando de tu cama para poderme alcanzar y tu pecho desnudo me ponía frenético aunque sabía que te tenía que respetar, eras el amo y señor de la mansión, no podía simplemente ignorar el hecho de que mi sueño de verte tan cerca se había hecho realidad, así que no lo pensé más y me volví para arroparte de nuevo meticulosamente sintiendo tu suave piel a propósito cuando subí la sabana hasta tu cuello que ardía más por el alcohol en tu sangre poniendome también a arder.