11.

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Cuando Harry llegó a casa ese día, él y las gemelas fueron recibidos por el dulce aroma de las galletas flotando desde la cocina, con un parloteo ruidoso, siguiéndolo. Él ayudó a las chicas a quitarse los zapatos, luego las siguió mientras se escurrían hacia la cocina.

Al entrar, se dio cuenta de dos cosas: Una, la cocina era un desastre. Dos, su madre y Louis estaban sentados en la barra de desayuno, riendo y charlando como si fueran viejos amigos con té y galletas recién hechas. De inmediato supo que Louis fue la causa del desorden, ya que su madre estaba completamente impecable. Louis, en cambio, tenía harina en el flequillo y en sus ropas, y el batidor en sus manos.

Mientras, Harry estaba molesto por el desorden que él acabaría limpiando, pero no podía estar enojado cuando Louis le sonreía así. Cuando Louis se levantó para saludarlo su abrazo de costumbre, sin embargo, Harry lo detuvo, sujetando los brazos de Louis en una posición abierta.

-Despacio allí, Lou. No me apetece mucho estar cubierto en harina. -Su dedo llegó hasta el flequillo de Louis, frotando el polvo pálido entre los dedos mientras se reía. -¿Qué tal si te vas a limpiar primero? ¡Tu yeso parece sumergido en harina! -Louis miró con escepticismo.

-Está bien, pero sólo si eres capáz de abrazarme después. -Le dijo con el rostro iluminado, cuando Harry resopló un "seguro", echó a correr por las escaleras, a la vez que gritaba para que Harry se diera prisa.

Harry ignoró la sonrisa de su madre mientras seguía a Louis a la habitación. Encontró a Louis en el baño, rebuscando en el armario debajo de los lavamanos sus únicos boxers. Miró a Harry cuando entró en la habitación con un plástico.

-¿Me vas a ayudar, Haz? -Le preguntó inocentemente. -No puedo lavarme el cabello correctamente con una mano.

-Si esta bien, ¿¡Qué estás haciendo!? ¡No te quites el boxer! -Harry gritó, sobresaltando a Louis, que estaba en el proceso de eliminación de sus boxers. Hizo una pausa, poniendole los ojos a su amigo.

-¡Vamos, Harry! Los dos somos chicos, no es nada que no hayamos visto antes. - Le dijo exasperado.

-No, Louis. -Dijo Harry con firmeza. Un desnudo Louis le causaría problemas a Harry con los que realmente no quiere tratar como si ya no fuera suficientemente malo. Louis suspiró y murmuró un "bien" y libero el dobladillo de sus pantalones. Le sostuvo la bolsa de plástico a Harry con una expresión petulante en el rostro. Harry puso los ojos por su inmaduro amigo, aceptando la bolsa de plástico, y atándola alrededor de los matices anaranjados. Una vez que la bolsa estaba segura, él se acercó a la bañera, girando las boquillas haciendo salir una corriente de agua caliente en el baño de porcelana. Louis se metió en la bañera mientras esta se seguía llenando, dando vueltas varias veces, como un perro, antes de sentarse en el agua. Él apoyó sus brazos en el borde de la bañera, mirando a Harry con ojos inocentes.

-¿Quieres venir conmigo? -Le preguntó con dulzura. Harry se atragantó, con un rostro sorprendido. Se recuperó rápidamente, aclarándose la garganta para ocultar su incomodidad.

-No, yo... Creo que voy a permanecer seco. -respondió Harry a tientas. Louis lo fulminó con la mirada pensativamente, antes de que el agua que se le había elevado alrededor de su cintura se fuera hacia abajo. Los ojos de Harry se ensancharon como se dio cuenta lo que Louis hacía, corriendo a toda prisa tratando de sostenerlo. -No, Louis, no, no-. Él balbuceó, inhalando un poco del agua. Él sacudió su ahora empapados rizos de su cara, tirándolos sobre su cabeza y limpiando sus ojos, abriéndolos para ver a Louis quien le sonreía con satisfacción, había cerrado el grifo. Louis se burlaba de Harry.

-¿Oops? -Dijo Louis mirando a sus ojos mientras tiraba su camisa empapada por encima de su cabeza, y desabotonaba sus pantalones. Louis chilló y le envío de nuevo una ola de agua a su amigo mientras cargaba la bañera. Harry se dejó caer por la borda, por la pared, alcanzando su objetivo. Un chapoteo enorme les roció ambos,y al resto del baño. Louis gritó riendo a través del agua que goteaba por su cara.

Se lanzó hacia delante, luchaba con Harry contra la pared. Harry se echó a reír a carcajadas, agarrando la cintura de un amigo mientras que el agua se derramó por los lados. Lucharon, cerrando el grifo del agua, ya que salpicaba, se golpearon y rodaron, agarrándose unos a otros y deslizando alrededor de la bañera, la risa estridente llenaba la casa.

Anne miró hacia el techo escuchando como un golpe particularmente fuerte sonaba, seguido de algunas risas más encantados. Ella resopló y se volvió hacia el tablero del juego que estaba jugando con las gemelas. Daisy movió las piezas rojas tres espacios, luego miró a Anne.

-¿Abuela Anne? -Preguntó. -¿Por qué papá y Louis no se besan como los padres normales? -Anne se rió.

-Pero no son padres normales, sin embargo, ¿No? -Preguntó ella mientras Phoebe tiraba los dados.

-¿Quieres decir porque los dos son chicos? -Phoebe ceceó. -Ellos se aman, ¿No? ¿No es eso lo que importa?

-Bueno, sí. -Anne replicó. -Pero Harry y Louis no están juntos.

-Bueno, pero ¿Por qué ? -preguntó Daisy con petulancia, moviendo la pieza en el tablero. -Ellos se abrazan todo el tiempo. Y Louis nunca sonrió correctamente hasta que Harry llegó, incluso antes de mudarnos aquí. -añadió Phoebe. Daisy disparó a su hermana una mirada.

-No. Eso no es cierto. -Le dijo Daisy. -Es sólo que su sonrisa de ahora es diferente, ¿No? Más feliz. -Phoebe sonrió soñadora.

-Sí... Fizzy y Lottie están planeando su boda. -Le dijeron a Anne alegremente, que contesto con una ceja levantada.

-¿Si? -Preguntó ella con curiosidad. Daisy y Phoebe asintieron con la cabeza, el juego había sido olvidado. Se miraron un momento, haciendo una pausa en su conversación, cuando un golpe y un grito resonó en las escaleras, seguida de otra cascada de risas. Anne negó con la cabeza, sonriendo. -Bueno, al paso que vamos, vamos a necesitarla pronto.

Los rostros de Daisy y Phoebe se iluminaron, un idéntico entusiasmo brilló en sus rostros.

-¿En serio? -Preguntaron al unísono. Anne se echó a reír.

-No sé, queridas. Tendrás que preguntarle a Harry cuándo él le va a pedir a Louis casarse con él. -Les dijo, deleitándose con las sonrisas maliciosas que iluminaban los rostros de las gemelas normalmente inocentes. -Está bien, suficiente del amor ajeno. Volvamos al juego, niñas.

call me baby » larry stylinson «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora