Capitulo doce

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Narra Draco:

La luz mañanera de principios de enero atraviesa la ventana colándose en la habitación haciendo que me despierte. Tengo la cabeza que me va a explotar. Ayer me pasé cuatro pueblos con el champagne de la madre de Blaise pero mereció la pena al fin y al cabo.

Kath se abraza a mi como si no hubiera un mañana, uno de sus brazos rodea mi estómago mientras que con una de sus piernas se pega a mi sin dejar ni un solo espacio entre nosotros, pero no me quejo en absoluto, ojalá despertar todos los días así.

Me giro un poco para mirarle la cara y veo que tiene el pelo súper revuelto y está con una expresión relajada. Sonrío y le saco el pelo de delante de la cara con cuidado haciendo que suelte un gruñido mientras se revuelve en la cama.

–Ya se que parezco un dementor por las mañanas Draco pero no hace falta que me mires tanto–dice con voz ronca sin abrir los ojos.

–¿Como sabias que estaba despierto?

–Un sexto sentido hurón–me dice mientras me acaricia suavemente.

Solo pensar que hace unas horas sus labios estaban sobre los míos me pone la piel de gallina.

–Estas preciosa hasta recién despierta Kath ¿Que tal has dormido?–digo mientras le acaricio el pelo.

–Ya sabes que cuando duermes conmigo siempre duermo bien, no sé cómo lo haces–dice sonriendo pero sin abrir los ojos.

–A mi también me gusta dormir contigo pequeña–digo sonriendo. –Me tengo que duchar, ¿me prestas tu baño?

–Todo tuyo–me dice soltándome y dándose la vuelta acomodándose de nuevo.

Le doy un beso en la mandíbula antes de levantarme para ir a ducharme.

Me ducho tranquilamente despejándome y haciendo que la resaca casi se me vaya por completo. Cuando salgo me enrollo una toalla a la cintura y me seco el pelo un poco con otra toalla antes de salir del baño encontrándome a la morena recostada en la cama perdida en sus pensamientos. Cuando me oye salir me mira directamente analizándome de arriba a abajo lo que hace que sonría.

–Tengo que ducharme, espérame y bajamos a desayunar juntos, no tardo–me dice mientras se levanta de la cama y viene hacia mi que estoy en la puerta del baño.

Asiento antes de que ella entre en el baño cerrando la puerta.

Me visto mientras la morena está en la ducha y cuando estoy poniéndome la camiseta Kath sale del baño con unos pantalones de pijama de cuadros rojos, en sujetador y con el pelo mojado. No le saco la mirada de encima mientras va hacia el armario y se pone una camiseta mia que no se de donde la ha sacado.

–Esa camiseta es mia.

–Ya lo sé, pero ahora es mia, quien se lo encuentra se lo queda–dice con una sonrisa de oreja a oreja como si fuera una niña pequeña.

–Eres de lo que no hay Isabelle, no tienes remedio–digo vacilándola con una sonrisa en la cara.

–Draco, sabes que te encanta que lleve tus camisetas así que cierra el pico.

–¿Y si no quiero que?–digo con una sonrisa mientras me apoyo en la pared.

Ella me mira entrecerrando los ojos analizándome.

–Pues te la callo yo.

–¿Ah si?, ¿Y como?

–Así–me dice antes de cogerme de la camiseta y pegando sus labios a los míos dejándome un poco trastocado.

Joder, está chica me vuelve loca con sus cambios de humor. Le sigo el beso con ganas antes de que se aleje de mi mientras me mira con una sonrisa vacilona.

–No quiero escucharte comentar nada de lo que acaba de pasar–me dice sin quitar la sonrisa. –Vamos a desayunar anda.

Hago que me cierro la boca con una cremayera antes de seguir a está morena que al parecer se ha levantado de buen humor esta mañana.

(...)

Al entrar en la cocina no nos encontramos a nadie. Todos deben de seguir durmiendo.

–¿Que quieres desayunar rubia?–le pregunto a Draco mientras me sirvo una taza de café solo.

–No me entra nada en el estómago.

Ruedo los ojos y le sirvo un vaso de zumo y una taza de café.

–Tienes que desayunar, después te doy una poción para la resaca pero antes desayuna–digo poniéndole el desayuno encima de la mesa.

–Que mandona eres–dice con una sonrisa.
–Y casi no tengo resaca, no se por que clase de alcoholico me tomas–me dice burlón.

–Por el que ayer se bebió hasta el agua de los floreros–digo siguiéndole el rollo mientras me siento a su lado.

–Katherine, creo que hay otras cosas mejores que deberías recordar de la noche de ayer en vez de mi aguante al alcohol–me dice con una sonrisa juguetona haciendo que se me suban los colores recordando que hace unas horas sus labios estaban sobre los míos.

Me llevo mi taza a los labios sin mediar palabra haciendo que Draco esboce una sonrisa triunfante.

–Me encanta ponerte nerviosa, te pones adorable cuando no sabes que responder a mis comentarios–me dice acercándose a mi perfil mientras me quita un mechón de delante de la cara.

–No me has puesto nerviosa gilipollas–digo dándole un manotazo.
–Es temprano y me acabo de levantar, no estoy para pensar las respuestas a tus comentarios a estas horas.

Él suelta una carcajada como si mi bordería mañanera fuera lo más gracioso del mundo.

–Lo que tú digas morena, pero sabes que te pongo nerviosa–me dice susurrándome al oído antes de morderme el lóbulo de la oreja y bajar por mi cuello lentamente.

Joder, ya a estas horas de la mañana alterándome las hormonas.

–Paaara–digo dándole un epujon para que se separe de mi mientras esbozó una sonrisa tonta.

–Lo dicho, te traigo por el camino de la locura–dice guiñándome una ojo.

Y era verdad, este rubio me volvía cada vez más loca. Y eso no sabía si era bueno o malo...

OJOS DE MERCURIO; draco malfoy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora