OJOS DE MERCURIO; draco malfoy.

Capitulo cinco

Llego a la sala común junto a mi hermano.
Fuimos a hacer los deberes juntos porque hacía mucho tiempo que no lo pasábamos los dos solos.
Me gustaba pasar tiempo con él porque eran pocas las veces que podíamos estar los dos solos.
Siempre habíamos estado muy unidos, desde pequeños habíamos sido inseparables. Al empezar en Hogwarts nos distanciamos un poco pero intentábamos pasar algún rato solos para ponernos al día con nuestros temas.

–La semana que viene es el cumple de papá. Hay que ir a comprarle el regalo Alec–digo mientras dejo el bolso en el sofá de la sala común.

–¡Es verdad! Podíamos pedirle permiso a McGonagall para pasar el día con él. Va a estar solo y así le damos una sorpresa.

–Yo también pensé en eso. Hablo mañana con ella–digo sonriendo.

–¡Tú, maldita niñata!–veo a Parkinson viniendo hacia mi con gesto enfadado.
–¡Por tu culpa Draco me ha rechazado para ir al baile!– dice cogiéndome de la túnica.

–¡Quítame las manos de encima Párkinson!–digo dándole un empujón para que no me toque. –Yo no le he dicho nada a Draco para que no vaya contigo. De hecho, no lo he visto en todo el día, así que deja de joder–digo empezando a cabrearme.

Toda la sala común mira hacia nosotras para ver el jaleo que se está armando.
Blaise y Theo que estaban al otro lado de la sala hablando se acercan a nosotros.

–Pansy, deja de armar tanto revuelo–dice Blaise hablándole a la loca que tengo enfrente.

–No te metas Zabini–dice ella sin quitarme la mirada de encima. –No puedes dejar de ser la protagonista Rosier, siempre quieres tener a Draco para ti sola– dice con rabia.

–Joder, estás chalada Párkinson, déjame a mi y a Draco en paz. ¡No eres el centro del universo para que montes un pollo cada vez que mi amigo te plantón!– digo intentando mantener la calma.

–¡Eres una zorra!– me grita haciendo que se forme un círculo alrededor de nosotras.

–Seré una zorra y todo lo que tú quieras pero yo tengo dignidad y no le voy gritando a toda chica que se acerca a Draco. ¡Debe de ser que no te entra en la única neurona que tienes que él no es de tu propiedad!–le grito ya cansada de su comportamiento.

–¿Que pasa Rosier? ¿No te enseñó tú madre a no levantarle la voz a tus superiores? Ah es verdad, que está muerta–dice sonriendo maliciosamente.

Hasta aquí ha llegado mi límite.

–¡Ni se te ocurra nombrarla hija de puta!–digo acercándome a ella y metiéndole un puñetazo en la mandíbula haciendo que caiga al suelo.

Ella se lleva una mano a la mandíbula y acto seguido se tira encima de mi haciendo que caigamos las dos al suelo.

Oigo los gritos de mi hermano diciéndome que pare, pero lo único que me importa en este momento es dejar sin cara a la niñata que tengo delante.

Me da un golpe en el labio pero no tan fuerte como el que le acabo de dar yo.

–¡Quítame las manos de encima maldita víbora!–digo empujándola para que salga de encima de mi.

Noto la sangre cayendo de mi labio inferior por el golpe que me acaba de dar hace unos segundos.

Blaise, Theo y mi hermano me intentan separar de ella para que no la mate en este mismo instante. Me zafo de su agarre y le meto un puñetazo en la nariz haciendo que caiga otra vez al suelo.
Cuando me dispongo a tirarme encima suya para rematarla mi hernano me coje como un saco de patatas.