OJOS DE MERCURIO; draco malfoy.

Capitulo veintidos

Habían pasado unas cuantas semanas donde Draco y yo habíamos revisado todos los libros sobre leyes mágicas que había en Hogwarts para encontrar una solución a su casamiento.

No habíamos hablado aún con Astoria Greengrass ya que no se encontraba en el castillo en estos momentos. Seguramente su padre nos había visto las intenciones de interferir en sus asuntos y la había llamado para ir a casa.

–Draco hoy es martes–digo levantándome del suelo de la Torre de Astronomía.

–¿Y que pasa?–me dice levantando la mirada hacia mí desde el suelo.

–Que hoy vuelve Astoria, nos lo dijo McGonagall hace una semana. Hay que ir a hablar con ella Draco, no encontramos nada en esos putos libros y se nos acaba el tiempo–digo suspirando mientras me apoyo en la barandilla.

Draco se levanta de su sitio y se acerca a mi apoyando su frente con la mía. –Kath, casi no has dormido en estas últimas semanas. Necesitas descansar–me dice mientras me acaricia la mejilla.

–Tú tampoco duermes y no te pienso dejar solo en esto, ya lo hemos hablado hurón–le digo mientras paso mis brazos por su cuello.

–Vete a descansar, yo buscaré a Astoria y hablo con ella a ver si acabamos con esta mierda de una vez–me dice antes de darme un beso en la frente.

–Pero quiero ir contigo...

–Kath, déjame a mi hablar con ella. Te prometo que te contaré todo cuando acabe pero tú necesitas descansar.

–Vale, pero me lo cuentas todo después–digo suspirando antes de darle un beso corto. –Te espero en mi habitación aunque sé que no voy a pegar ojo–digo antes de coger los libros del suelo y bajar las escaleras de la torre rumbo a mi habitación.

Narra Draco:

Camino por los pasillos a paso rápido mientras busco a los alumnos de quinto curso. Por lo mr han dicho están en clase de Transformaciones.

Miro el reloj y veo que aún faltan diez minutos para que termine la clase por lo que me quedo apoyado en la pared mientras pienso que le voy a decir.

La menor de los Greengrass era una persona bastante agradable, mucho más que su hermana mayor Daphne.
Astoria y yo siempre nos habíamos llevado bien entre nosotros por lo que eso me daba ánimos para que estuviera de mi lado.

Estaba preocupado, más bien, estaba acojonado por todo lo que iba a pasar. No quería casarme con una persona que no amaba y que por si fuera poco era un trato para arreglar los problemas de mi padre.
El muy cabrón me tenia hasta los cojones.

Cuando empiezo a notar movimiento saliendo de la clase de Transformaciones busco a una cabellera negra azabache. La encuentro hablando con una chica de su mismo curso que no tengo ni puta idea de quién es pero en estos momentos me da igual por lo que me acerco a paso decidido.

–Hola Tori–digo al llegar a su lado.
–¿Podemos hablar un segundo? Es importante–digo sin apartar la mirada de ella.

–Necesitamos hablar urgentemente, te iba a buscar a la comida pero te me has adelantado–dice abriendo los ojos mientras me mira.
–Crystal vete yendo, ahora te alcanzo–dice mirando a su acompañante rubia antes de que esta asienta y se vaya.

Le doy una mirada para que me siga a algún sitio donde podamos hablar tranquilamente ya que no quiero que nadie se entere de mis conversaciones privadas.
Cuando llegamos a un pasillo que está completamente vacío, la miro mientras me apoyo en la pared dando un suspiro largo.

–Draco, estoy desesperada, no se que mas hacer para convencer a mi padre de que anule ese puto contrato–me dice mientras se le aguan los ojos.

–Yo tampoco. Katherine y yo llevamos semanas revisando libros sobre las leyes mágicas y no encontramos absolutamente nada. No me puedo creer que mi padre me meta en estas movidas tan sólo por su fortuna–digo pasándome una mano por el pelo .

–Solo tengo quince años Draco–dice suspirando. –Eres un sol y siempre nos hemos llevado estupendamente pero no me quiero casar con alguien que no quiero. Además que tú estás con Katherine y no sería justo joder toda vuestra relación por un capricho de nuestros padres.

–¿Se te ocurre algo?–digo cruzándome de brazos sin quitarle la mirada de encima.

Ella se queda pensando por unos minutos.
–¿Katherine y tú sois mayores de edad?

–Sí, yo estuve de cumpleaños el 5 de junio y Kath el 27 de agosto.

–Se me ha ocurrido algo pero puede que sea una locura...

–Haré lo que sea Astoria.