Draco Malfoy enamorado, imposible.
Era imposible que el principe de Slytherin se enamorara. Hasta que llegó Katherine, la princesa de la serpientes, la única chica de Slytherin que no cayó en los brazos del arrogante, mujeriego y apuesto joven Malfo...
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Hoy era 24 de diciembre y teníamos cena familiar en nuestra casa. Iban a venir mi padre, mi hermano, Nora, Lyn, Theo y Blaise.
Habíamos invitado también a Narcissa pero no estábamos seguros si iba a venir. El padre de Draco se había ido a Francia ya que tenía unos asuntos pendientes y no queríamos que Cissy pasara la Navidad sola por lo que la invitamos a cenar con nosotros pero aún no nos había confirmado nada aún.
Me acabo de poner los tacones cuando Draco entra en el vestidor y se apoya en el marco de la puerta con una sonrisa torcida. Lleva un pantalón negro de traje, unos zapatos negros y la camisa blanca con los dos primeros botones desabrochados que le da un toque más informal.
–¿Que miras tú tanto?–digo levantándome de la butaca y acomodándome el vestido para ir hacia él.
–Lo bien que le queda ese vestido rojo a mi preciosa mujer–dice sonriendo mientras me coge de la cintura.
Yo sonrío y le doy un beso corto antes de abrocharle un botón más de la camisa. –Así mucho mejor.
–¿Pero tú no notas la calor que hace en esta casa? Me voy a asfixiar Kath–dice resoplando.
–No seas exagerado amor–digo riéndome mientras le doy un beso en una mejilla y salgo del vestidor.
Se escucha el timbre abajo mientras yo me estoy acabando de arreglar. –¡Ya voy yo!–dice Draco bajando las escaleras para abrir.
Cuando me acabo de arreglar bajo las escaleras para ver quien ha llegado y me encuentro a Narcissa hablando con Draco en el salón.
–Feliz Navidad Cissy–digo sonriente yendo a darle un abrazo. –Me alegro que al final te pensaras lo de venir a cenar.
–Feliz Navidad querida–dice devolviéndome el abrazo. –Si, Draco insistió en que viniera y no le puedo decir que no a mi único hijo–dice soltando una risa. –¿Soy la primera en llegar?
–Si mamá pero pronto llegarán todos. ¿Que tal estás?–pregunta Draco sonriente.
–Pues de maravilla la verdad, desde que Lucius se fue a Francia la mansión está súper tranquila–dice sentándose en uno de los sofás y cruzando las piernas. –Estoy pensando en separarme de tu padre Draco. ¿Qué opinas?
–Mamá yo no opino nada, si es lo que quieres tienes todo mi apoyo–dice cogiéndole suavemente de la mano.
Ella sonríe y suena otra vez el timbre por lo que voy a abrir yo.
Mi padre, mi hermano y Nora entran por la puerta perfectamente vestidos.
–Hola calabacita–dice mi padre abrazándome súper fuerte. –Te estoy echando mucho de menos desde que ya no vives conmigo...
–Papá eres un exagerado–dice mi hermano riéndose y viniendo a abrazarme. –Que guapa estás hermanita–dice guiñándome una ojo.
