OJOS DE MERCURIO; draco malfoy.

Capitulo veinte

Narra Draco:

Estábamos ya a finales de abril y en poco tiempo sería la graduación.
Tenía pensado trabajar para el Ministerio y mis notas me lo permitían así que lo tenía bastante claro.
Kath quería trabajar como sanadora en San Mungo o también tenía la opción de trabajar en el Ministerio, podía permitirse los dos trabajos ya que sus notas eran excelentes pero aún no sabía por cuál se iba a decantar.

Todo seguía igual excepto que Alec y Nora lo habían dejado hace unos meses, por lo que sabía Alec le había puesto los cuernos con una chica que le iba detrás desde hace tiempo en una noche de mucho whisky de fuego en la Sala Común.

–No me puedo creer que en pocas semanas nos graduemos–dice Blaise mientras se mete una tostada en la boca.

–Yo tampoco, estos siete años han pasado demasiado rápido–dice Kath a mi lado mientras me pasa su pierna por encima de la mía.
Yo le acaricio el muslo suavemente haciendo que se le erice la piel.

–Déjame en paz Alexander–dice Nora llegando a la mesa seguida de Alec haciendo que todos miremos hacia ellos.

–Me tienes que escuchar Nora, llevas dos meses ignorándome–dice el moreno cogiéndola de la muñeca.

–¡Quizás no tendría que ignorarte si no me hubieras puesto los cuernos después de una relación de casi tres años! Eres un egoísta James, déjame en paz de una puta vez –dice Nora zafándose de su agarre y sentándose en la mesa con los ojos cristalizados.

Pobre, la verdad es que Alec se lo ha buscado él solito.
No me puedo imaginar como estaría yo si Katherine me pusiera los cuernos, pienso que me tiraría de la Torre de Astronomía.

Alec se va del comedor seguido por Blaise que dice que va a ir a hablar con él.

–Mi hermano es gilipollas–dice Kath rodando los ojos. –Ni puto caso Nora.

–Pues yo pienso que está arrepentido–dice Theo mirando a Kath y a Nora.

–No me jodas ahora eh Nott–dice Nora secándose las lágrimas.

–Si no se arrepintiera no te vendría detrás a pedirte perdón, ademas he hablado con él y está muy mal–dice Theo.

–Pues me importa una mierda–dice la rubia cogiendo una tostada. –Que lo hubiera pensado antes de joderme.

Cuanto rencor acumulado vaya.

–No es por nada pero tenemos clase en cinco minutos chicos–dice Lyn cogiendo a Theo y a Nora del brazo. –Nos vemos luego tortolitos–dice antes de dejarnos a Kath y a mí solos en la mesa.

–¿Faltamos a clase?–dice Kath mirándome haciendo un puchero.

–Eres una mala influencia Katherine–digo sonriendo mientras me levanto de la mesa.
–Si, faltamos y así hablamos de una cosa.

–Uy, no me iras a dejar ¿no?–dice parándose en seco mientras salimos del comedor.

–Estas loca si piensas eso Kath, yo nunca te dejaría y lo sabes–digo pasándole un brazo por encima de los hombros.

–¿Entonces que es?–pregunta rodeando mi cintura con sus brazos mientras caminamos.

–Te lo digo cuando lleguemos, no seas impaciente–digo dirigiéndome a la Torre de Astronomía.

Cuando acabamos de subir todas las escaleras me apoyo en la barandilla mirando a Kath que está cruzada de brazos delante de mi esperando que hable.

–Mi madre me ha enviado una carta diciéndome que quiere que vaya a casa. Mi padre ha salido ya de Azkaban.

–¿Ya? Joder que pronto han pasado 8 meses–dice apoyándose en la barandilla mirando el paisaje. –Lo siento Draco pero no lo soporto.

–Yo tampoco, no te preocupes–digo suspirando mientras me doy la vuelta apoyándome en la barandilla.

–¿Estas bien?–pregunta agarrándome la mano mientras me mira a los ojos.

–Si, es solo que me había acostumbrado a que estuviera solo mi madre y no tengo ganas de que venga ahora mi padre y me vuelva a meter en mil mierdas más–digo bufando.

–Ya lo se cielo–dice separándose de la barandilla y abrazándome por la espalda haciendo que me gire para abrazarla.

–A veces pienso que soy mal hijo por pensar todo eso de mi padre...

–Draco, no eres mal hijo. Siempre has hecho todo para que él estuviera orgulloso de ti y él nunca lo ha valorado, no merece tu cariño porque tú eres buena persona y él es una mierda, se merecía que tú y tu madre me dierais la espalda–dice mientras me acaricia la mandíbula.

Y tenía razón, mi padre era una horrenda persona que solo se preocupaba de él mismo y de su fortuna.

–Bueno, dejemos de hablar de eso y pongámonos a hacer cosas más productivas–digo cogiéndola de la cintura para pegarla a mi con una sonrisa juguetona.

–No tienes remedio Malfoy–dice sonriendo mientras me acaricia el cuello con sus largas uñas. –Tienes suerte de que te tenga ganas a todas horas por que si no ibas jodido.

–Ya bueno, así me quieres guapa–digo sonriendo mientras le meto las manos por debajo de la falda apretándole los glúteos.

–Si, te quiero así imbecil–dice antes de besarme salvajemente.

Que suerte tenía con ella. Katherine Rosier era la mujer de mi vida, lo tenía claro desde que la conocí.