Capítulo 17

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-Bueno, vámonos. Debemos preparar la siguiente fase-completó Jenna

-Pero...

-¡Vamos!-contestó.

Eran las 5 de la tarde. Es decir, me quedaban solo un par de horas para ir a casa de ese imbécil sin cerebro.

Llegamos a mi apartamento.

-Muy bien, creo que ya fue suficiente. Me dices ahora que pasó hoy con el profesor Harding-impuse molesta.

-Tuvimos sexo en la sala de profesores-contestó sin dudar.

-¡¿QUÉ?!-dije aterrada.

-Jenna, el profesor se casa la semana entrante...-completé.

-Se casaba-contestó guiñando un ojo

-¿Crees que la dejará?-pregunté dudosa

-Eso espero-contestó segura.

-¿Y qué tal estuvo?

-¿En serio quieres saber?-contestó.

-No jajaja creo que no

-Pero... ¿cómo lo hiciste?-completé.

-Tampoco se resisten a mis encantos-dijo

-No eres la única, T/N- completó y me sonrió.

-Jajajajaj pobre Michael, cómo debe estar ahora, confundido-contesté.

-Bueno, menos Michael y más Kyle.

-¿Te sientes lista?-completó.

-¡SI!-respondí ansiosa al solo pensar en que te encontraría pronto, Aidan.

Jenna me escogió ropa adecuada y arregló mi cabello y rostro.

Hizo realmente un trabajo fenomenal.

-Necesito tu carro...-dijo Jenna.

-Claro, déjame donde Kyle y luego lo llevas, pero... ¿todo bien?-dije

-Si, es solo que... debo hacer algo-contestó.

-Está bien, no te preocupes. Sea lo que sea, todo saldrá bien-respondí con una sonrisa comprensiva.

-Bueno, vamos. Ya es hora-completé.

Jenna me dejó a las afueras de la casa de Kyle y eran al rededor de las 7:15 PM.

Moraleja: Hazte siempre la interesante llegando más tarde de lo acordado.

-Suerte, sé que puedes, te amo.-dijo Jenna a modo de despido

-Suerte para ti, también te amo-le sonreí.

Me dirigí a la entrada y llamé a la puerta.

-Creí que no vendrías-dijo Kyle.

-Pues aquí me tienes-dije mientras lo impulsaba más adentro de su casa.

Comenzamos a besarnos frenéticamente y por un momento olvidé a que iba.

He de admitirlo... Kyle era un idiota con todas sus letras, pero besaba como los mismísimos dioses.

Nos acercamos a su sala principal y comenzó a desatar los botones de mi blusa.

-Pero... vayamos arriba-dije entre gemidos.

-Aquí está perfecto, mis padres no vendrán en unos días-dijo mientras besaba mi cuello.

-No en serio, vamos arriba-insistí.

Volteó los ojos.

-Bien, vamos-respondió al fin

Estúpido, espontáneo y doloroso amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora