Capítulo 47🍒

4.9K 320 391
                                    

Ambos nos entregamos al deseo, sin detenernos, dándonos placer mutuamente.

Ambos gemíamos al unísono y tuve que callarte tapando tu boca, para que no nos oyeran.

<<Narra T/N>>

No entendía como era posible sentir semejante sensación de placer y es que sabías exactamente lo que me gustaba y en dónde me gustaba.

No quería que te detuvieras y no me importaba que mis gemidos despertaran a medio hostal, era inevitable con lo que me hacías.

Tu respiración encima de mí, me hacía estremecer.

Cada vez separabas más mis piernas, para tener mayor precisión y sentía que en cualquier momento explotaría.

Lo que me hacías, me estaba volviendo loca.

No me importó en lo absoluto y me dejé llevar, sin importar si terminaba ya mismo, pero te detuviste.

-Aún no, espera a que te lo permita-dijiste, mientras te levantabas de un movimiento brusco.

¡Mierda Aidan! ¡¿Por qué me dejas así?!

Eso me volvió loca y seguí su juego.

-Supongo que... ¿es mi turno?-dije, acercándote a mí a gatas.

Asentiste llevando su cabello hacia atrás, mientras mordías tu labio inferior.

Bajaste poco a poco sus pantalones y comencé a bajar, besando tus labios suavemente, luego en el cuello, bajando por tu suave abdomen hasta llegar a tu ropa interior.

Toqué por encima de ella y estabas extasiado, podía notarse al tocarte.

Lo fui bajando poco a poco, hasta tenerlo a la vista... era... maravilloso.

Recordé un poco de lo que me enseñó Kyle y lo lleve a cabo.

No parabas de gemir.

Te miraba desde ese ángulo.

Tus ojos estaban completamente cerrados y tus mejillas ruborizadas, igual que las mías.

Llevaste tu mano sobre mi cabeza, empujándome más y más.

Yo seguí tus órdenes.

-¿Te gusta?-dije mirándote fijamente hacia arriba.

Asentiste mordiéndote los labios.

-No dejes de mirarme, por favor-dijiste de pronto.

No dejé de mirarte, mientras hacía tal acto.

Se veía que disfrutabas lo que estaba haciendo.

Tomaste mi cabello, para tener una mejor visión.

Mierda, eso me volvió loca.

-Mierda-jadeaste.

-¿Todo bien?-pregunté.

-Si, pero si sigues así, no duraré mucho-admitiste agitado.

Sonreí.

Mordí mi labio inferior.

-De acuerdo, ¿me detengo?-pregunté con voz de chica inocente.

-Ven aquí-respondiste, jalándome hacia ti.

Aidan me recostó y volvió a hacerme estremecer con su lasciva lengua, dando inicio a la segunda etapa, ya saben a lo que me refiero.

-¿Tienes preservativo, verdad?-pregunté.

-¿Quieres usar?-dijiste extrañado.

-Pues sí, no sé con quienes has estado ni tampoco quiero tener un bebé-respondí segura.

Estúpido, espontáneo y doloroso amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora