Capítulo 9

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(Narra T/N)

No, no quería estar ahí. Estaba a centímetros de cometer probablemente el peor error de mi vida. 

No me sentía segura.

 Quería que mi primera vez fuera al menos algo cuidadosa y memorable.

–¿Sabes? No me siento bien–le dije a Kyle algo nerviosa

–¿Qué dices? Estamos en la mejor parte, ven aquí–me empuja la cabeza hacia su miembro viril

–¡QUE NO QUIERO KYLE!–grité

–No me dejes así T/N, lo hemos pasado bien–respondió decepcionado

–Me quiero ir a casa–comencé a tomar mis prendas de la cama

–¡¿ES EN SERIO?! ¿PARA ESTO ME HAS HECHO PERDER EL TIEMPO?–respondió furioso

–¿Con que una pérdida de tiempo? Era de imaginarse...–contesté decepcionada

–¡Vamos! No me dejes así–insistió y jaló de mi brazo

–¡QUE NO! 

Salí como pude de la habitación buscando a Jenna, pero no logré hallarla.

Le envié un mensaje.

Jenna, me voy a casa. Avísame cuando llegues a la tuya.

En aquel instante me sentía aliviada, porque seguía intacta, o al menos esa parte...

Tomé un taxi y llegue a casa al rededor de las 3 de la mañana.

Entré y noté un sobre bajo la puerta.

Lo abrí.

Espero tu madre mejore pronto, sé que estas situaciones te estresan y sé también que eres pésima manejando el estrés. Escríbeme apenas llegues. Un beso, Aidan.

Me sentí pésimo al respecto. Digo, él ha sido una persona excepcional en este último tiempo, es un buen amigo, un buen confidente. No debería haber mentido al respecto.

Luego pensé... estamos en el siglo XXI y escribe cartas...

Él es así, más humano...

Detesta las nuevas formas de comunicación. Pero es lo que me gusta de él, es un ser que solo te recuerda lo lindo de las cosas, te muestra los colores entre los grises, te entrega una visión profunda respecto a algo. Él es excepcional.

–¡¿Qué me pasa?! ¿Por qué digo todo esto? Digo, somos amigos desde hace un buen tiempo, pero... no, es imposible.

–¿Y si he estado tan cegada con Kyle que no me he dado cuenta de ello?

–Imposible, Aidan nunca se me ha insinuado

–Pero espera, él no es así.

–¡¿Qué rayos?!

–¿Y si le digo que mi madre está mejor y quedo con él para el café que teníamos pendiente?

–No. Mala idea.

–¿Y si le digo la verdad?

–Odias las mentiras.

–Mierda.

Sin pensar, tomas tu teléfono y comienzas a textear:

¿Mañana café a las 19? ¿Dónde siempre?

Enviar.

Recibido.

Llamada entrante: Aidan

–¡Mierda!

Dejas sonar un rato tu teléfono, hasta que te sientes lista y contestas.

–Hola–contesté algo nerviosa

–¿Qué haces despierta a estas horas? ¿Todo está bien? ¿Tu madre mejoró?–preguntó algo somnoliento

–Fui a una fiesta. No sé si el hecho de casi perder mi virginidad con un imbécil sea estar bien y mi madre hace meses mejoró–conteste rápido

Sentí que otra persona puso todas esas palabras en mi boca, pero

–Espera, ¡¿que casi hiciste qué?! ¿Estás bien?–contestó preocupado

–Ya pasó, lo siento por mentir–respondí triste

–No te preocupes, ¿estás en casa?

–Si, ¿te desperté, verdad?–pregunté

–Agradece que me caes bien, sino, habría planeado la mejor de las venganzas por haber interrumpido mi sueño–rió

–Que bien que no estoy en tu lista negra, aunque... ¿realmente no tienes una, verdad?–contesté

–Los únicos en mi lista negra son los tipos que quieren aprovecharse de una chica con linda sonrisa, inteligente, malhumorada la mayor parte del día, estudiante de Stanford, quien finge que su madre está enferma para sentirse menos mal al dejar a su gran amigo plantado en el café... ah bueno y políticos corruptos–termina

–Esa chica tiene un leve parecido a mí

–Bueno, entonces... ¿café mañana a las 19:00? ¿Dónde siempre?–completé

–Pero, ¿en serio irás?–preguntó dudoso

–Si. Nada lo impedirá.

–Descansa–finalizas

–Buenas noches T/N–responde

Cuelgas.








Estúpido, espontáneo y doloroso amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora