48. Tres

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Capítulo cuarenta y ocho

—No sé porque no me sorprende que hayas mandado a tu propio hijo a una muerte segura —Len avanza considerablemente hacia ella y Laia retrocede —Eres tan miserable.

—Si te acercas un poco más haré que la maten —dos vampiros se acercan con una chica de piel morena atrapada con ellos al mismo tiempo que veo como mi hermano Yannick ni lucha con estos para garantizar la seguridad de ella —ni siquiera su mate ha hecho un movimiento en falso, creo que ustedes deberían hacer lo mismo y entregarse.

Muerdo mis labios aguantando la risa seca que quiero soltar. Miro hacia arriba y me cruzo de brazos —Len —lo llamo y él gira levemente sin darle la espalda al enemigo —mi amor, ¿tu crees que deberíamos entregarnos?

—No lo sé, mi niña linda, ¿tienes eso en mente?

Hago una mueca con mis labios y pienso considerablemente en los planes que podrían o no ser exitosos entre los dos para rescatar a los nuestros.

Si no nos entregamos es algo obvio que la matará, porque Laia está loca, y Yannick me podría odiar toda la vida al igual que a Len y no nos conviene eso. Necesito tener un plan en el que él pueda confiar en ambos y estar de nuestro lado.

Si embargo al entregarnos corremos el riesgo de que ella pueda hacer algo para que Len no pueda usar su fuerza, como por ejemplo, amenazandolo conmigo o bien haciendo algo para que él no pueda usar sus poderes.

¡AHHHHHHHHHH!

ESTO ES TAN FRUSTRANTE.

—Vamos a entregarnos —mi pelirrojo dice de repente y junto mis cejas ante la confusión de no saber lo que trata de hacer.

Confía en mí.

Su voz resuena en mi cabeza y trago grueso asintiendo, tomo su mano y caminamos lenta y cuidadosamente hasta la bruja loca de Laia —Eso es, así me gusta, obedientes —palmea con fuerza mi mejilla al llegar y la ira empieza a raspar en mi interior.

—No me toques —hablo entre dientes.

—Tú no eres la que me importa —separa mi mano de la de él y me empuja a uno de los vampiros libres —sujetenla bien, aunque sea una humana tiene la suficiente fuerza para matarla.

¿Humana?

Yo no soy...

Volteo a ver a Len quien es sujetado por la vieja loca y él giña en mi dirección. Gira para ver a mi hermano y no hace falta ser adivino para entender que le está hablando por medio de una conexión. Yannick mira el suelo y al levantar sus rostro deja ver esos ojos rojos característicos de él, me ve de reojo al mismo tiempo que a su otra mitad y vuelve la mirada al frente con una sonrisa que hace erizar mi piel.

Cuando él, Elián y Kayla se lo proponen pueden llegar a dar un miedo terrible.

Zuani.

Su voz otra vez resuena en mi cabeza y conecto mis ojos con los suyos para indicarle que lo estoy escuchando.

Trataré de desestabilizar a Laia y justo en el momento que la tenga vulnerable la mataré, pero cuando esto pase necesito que ayudes a tu hermano a salvar a la chica.

¿Entendido?

Asiento en respuesta y el vampiro detrás de mí empuja mi cabeza para adelante —¿qué estás haciendo? ¿crees que somos tontos? —cuestiona y niego.

—No.

Son idiotas.

—¿Qué está pasando? —Laia gira en mi dirección —Les dije que tuviesen cuidado con esta perra, parece inofensiva, pero es peligrosa, además, los necesitamos a todos con vida si queremos triunfar en la batalla.

—Y triunfaremos, cielo —Len no deja de mirarla de una bonita forma mientras que sonríe para ella.

Suspiro. Los celos no son buenos para el cuerpo, tranquila Zuani.

Tranquila, todo es parte de un plan.

—¿a ti que mosca te pico? —la vieja le regala una mirada de confusión, levanto mis cejas fingiendo estar sorprendida y ella lo nota, rápidamente se apega más a él hasta el punto de soltarlo —no me digas que quieres dejar a la colegiala esta y venirte con una mujer de verdad.

—Colegiala tu abuela —digo alzando mi voz —¿Len, me explicas qué estás haciendo? —muerdo mis labios nerviosa y dejo que mis ojos se cristalicen.

Sus ojos fríos se topan con los míos —¿No es obvio? Solo te quería para llegar a ustedes y nada más, —sus muñecas toman el rostro de la víbora y con una mirada moja-bragas se acerca a sus labios —la verdad es que siempre me ha gustado Laia, desde que estaba pequeño.

¿Había necesidad de actuar eso?

—¿Ah sí? —ella pega sus asquerosas manos de mi chico y veo hacia otro lado para no arruinar lo que él ha planeado.

—Sí, siempre me has gustado —tan pronto como habla la toma de los hombros y posa sus filosas garras en su cuello —para matarte.

Aprovecho la distracción de su parte y tiro de mi cabeza hacia atrás para proporcionarle un golpe a mi atacante, mis brazos quedan libres y me coloco en posición de ataque. Yannick con fuerza tira de su vampiro hacia adelante de él y agarra con su mano libre al que tiene a la chica agarrada, lo jala hasta quedar cara a cara mientras que sus uñas se clavan en la cabeza del hombre —¡Suéltala! —deletrea con enojo y este deja caer a la morena al suelo.

Mi oponente al ver a la mate de mi hermano tan indefensa se abalanza contra ella y detengo su ataque con una fuerte patada en su estómago, con rapidez lo recojo del suelo y no me cuesta nada dejarlo inerte en el suelo.

—Vaya, parece que alguien ya es un vampiro —corro hasta Yannick sin tomarle importancia a las palabras de la víbora y quiebro el cuello de uno viéndola directamente a los ojos, el otro vampiro también cae y es todo lo que necesito para fijar mi objetivo.

—Nunca debiste jugar conmigo —me aproximo poco a poco —nunca debiste meterte en nuestras vidas —la agarro de su cabello con fuerza y Len la suelta —pero sobre todo, nunca debiste existir.

—Tú tampoco debiste haberlo hecho, porque gracias a ti es que muchas familias fueron destruidas, muchos fueron asesinados, incluso tu mate fue matado a sangre fría y a ti parece no importarte en lo absoluto.

—A mi nunca me importo Alexander.

—Porque no tienes corazón.

Sonrío irónica —en eso tienes razón, yo no tengo corazón y soy una vil y sucia mentirosa que solo busca su bien y no el de los demás, pero —conecto mis ojos con los suyos —alguien me hizo ver un tanto diferente la vida —la tiro al suelo haciendo que se llene de lodo y voy al lado de mi pelirrojo —no como tú, desperdicio vampirico —me agacho a su altura —te voy a dar tres segundos para que huyas al bosque y no aparezcas más en nuestras vidas, si te logro encontrar, eres mujer muerta —levanto mi mano —uno... —cuento y ella se levanta mirando al suelo, copio su acto y sigo contando —dos... —lleva sus manos detrás de su cuerpo y sus ojos se mantienen calculadores en todo momento —tres...—terminó y ella levanta su mirada llena de odio y rencor, se abalanza contra mí y antes de que pueda reaccionar él se coloca delante de mí.

Len...





























...

Nota de autora: —

Nos leemos mañana con el siguiente capítulo y el final ♥️✨ recuerden votar 🌟 y comentar 💭🔥 me hacen muy feliz leer que les está gustando la novela y tal y que sienten emociones locas con lo que escribo🥰

Os Quiero! 💕

SGLOUD

La Chica Dhall ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora