43. Dinero (Maratón#3)

5.6K 685 138
                                    

Capítulo cuarenta y tres

Me gustaría decir que él me siguió y me acorralo contra la puerta del auto para explicarme como realmente fueron las cosas, pero desgraciadamente no fue así, lo único que obtuve de ver eso es saber definitivamente que Len no me quiere ni siente algo por mí en lo absoluto.

Justo en este momento la brisa fría que pega en todo mi cuerpo sobre el acantilado es más que suficiente para calmar mis lágrimas, para calmar mi corazón destrozado por un interesado que solo necesitaba de dinero para ser feliz, y, el simple hecho de pensar en eso hace que mi corazón se apachurre y se haga una bolita en mi pecho.

Sorbo una vez más mi nariz. Cómo es que aún con todo lo que me había hecho, con todo lo que le había hecho a Lorena, aún así, yo siguiese de ingenua pensando en que él tal vez tendría una explicación razonable por lo que hizo... Por salvarme.

Pero no.

No hay una razón tras de esto, o simplemente es la respuesta que no buscaba e hizo que me quemara de dolor y furia por dentro.

Nunca antes las cosas habían sido tan confusas en mi mente.

Porque a pesar de que solo hablo de él, mi padre también tiene parte de la culpa, pero al mismo tiempo siento que no, porque me ha enseñado cual es la verdadera cara de un manipulador.

Él mismo.

Flashback

Abro rápido la puerta sintiendo el cuerpo tembloroso y al jalar su mano vuelve la misma a su posición original. Me giro y esos ojos que tanto me han robado suspiros escanean los míos — Zuani...

Junto mis cejas y aprieto mi mandíbula —¡¿ZUANI QUÉ?! —lo empujo con todas mis fuerzas —DIME, LEN, ¡¿ZUANI QUÉ?! —le doy un último empujón hasta hacerlo caer a la tierra húmeda y cierro mis ojos tratando de controlar todos los sentimientos a flor de piel —¿me vas a decir que esos cincuenta millones que hay en las bolsas que mi padre trajo son falsos? Porque yo los vi muy bien y verdaderos.

Él se levanta y voltea a mi papá quien está cruzado de brazos a cierta distancia—Primero, —voltea a verme otra vez —tu padre fue el que le puso precio a tu cabeza, no fui yo; segundo, no sé porque estás tan histérica si cumpliste con tu misión y esa era desmantelar el clan desde dentro —alza sus manos —felicidades, porque lo lograste; y tercero, no sé ni porqué estoy dándote explicaciones aquí si tú y yo no somos nada —dice y camina de regreso a la casa —nunca lo fuimos y nunca lo seremos —se detiene por un momento y gira su cabeza levemente por encima de su hombro —ya que después de todo, un manipulador solo se importa a sí mismo, ¿cierto? —termina y sin importarle nada más entra a la casa como si nada hubiese sucedido.

Los ojos azules de él dan conmigo y asiento al saber la pregunta que quiere formular, pero que no sale de su boca. Abro la puerta sintiendo nada en mi interior y él me quita las llaves, —yo conduzco —con calma me lleva al asiento de copiloto y cierra la puerta al asegurarse que tengo el cinturón bien puesto, sube y arranca para salir a toda marcha del lugar, el silencio incómodo por parte de ambos no se hace esperar hasta que mi padre finalmente decide romperlo —no debiste haber hecho lo que hiciste.

Doy un largo suspiro y cierro mis ojos dirigiendo toda mi atención a su perfil —¿y qué hice, padre?

—Por alguna extraña razón que desconozco dejaste que él te marcara, ¿crees que no me he dado cuenta de ese olor y esa marca que tienes en el cuello? —llevo una de mis manos a la marca —no nací ayer, Zuani —me ve al mismo tiempo que maneja — si lo hiciste es porque te involucraste sentimentalmente.

—Discúlpeme por no tener una vida tan  perfecta como la suya y no tener una relación agradable y bonita como la que tienes con mi madre.

—Zuani —advierte al mismo tiempo que niega —tu madre y yo somos mates, estamos destinados a estar juntos y la amo, pero, ¿sabes tú al menos si él es tu mate?

Alzo una ceja incrédula —¿en serio? A qué viene esa pregunta si sabes que soy humana y no puedo sentir esas cosas.

—Respondeme.

—Él me dijo...

Me interrumpe —Ahí está —se estaciona en el mismo lugar donde mi hermano tenía el auto —él te dijo —apaga el motor y desabrocho mi cinturón sin entender nada —y ahora yo pregunto, ¿cómo sabes que él no te está mintiendo? ¿cómo sabes que no es un manipulador cuando él te lo acaba de afirmar?

Fin flashback

¡AHHH!

Juro que me voy a tirar al vacío, no aguanto más las cosas en mi cabeza.

No lo aguantas, porque eres una persona que le busca razón a todo. Solo dejate llevar y encontrarás lo que tanto anhelabas.

Cada cosa tiene un por qué, no puedo simplemente dejarlo de lado.

Entonces nunca más estaré.

Intento darle respuesta a mi mente, pero la presencia de dos personas detrás de mí me alertan, coloco mi cuerpo rápidamente en posición de ataque y veo en todas direcciones al bosque.

¡Diablos!

¿Por qué de todos los sitios bonitos que había terminé en este?

Tengo todas las de perder si me atacan, ya que estoy en desventaja con mi cuerpo y posición, ahora, mi única estrategia es tratar de avanzar y recuperar terrero, de lo contrario, estoy muerta.

Muevo mis pies poco a poco indicándoles hacia donde tienen que ir y de la nada caen Laia y Neal al frente mío —mírala, mi niña —ríe la víbora y trago grueso notando su cinismo —ni cuenta se dio que llevamos media hora en el árbol riéndonos de su desgracia.

—Sí —habla Neal y empieza a imitar mi voz  —¡Ay! Len, ayuda, me quieren matar.

Niego tomando el puente de mi nariz y suspiro —no tengo tiempo para sus juegos, me voy —me abro paso por en medio de las dos y ambas me tiran a mi primera posición.

—No, no, no, no, —Laia niega con su dedo indice —tú de aquí —señala su al rededor —no te vas, no sin antes nosotras hacerte pagar por todo lo que nos has hecho.

Hago un gesto desaprobatorio —¿dos contra uno? No es muy justo, pero —dejó caer mis manos libremente chocando con mi pantalón —ya que insisten —me encojo de hombros.

—Te veo muy confiada —la vieja no le toma ni un segundo estar detrás de mí oliendo mi cuello al mismo tiempo que pasa sus garras — creo que no debería ser así, porque solo tengo que hacer esto —hace un ligero corte y la sangre empieza a salir — y eres mujer muerta.

—¿Ah sí? Pues... —siento su olor cerca y sonrío.

Al fin podré despedirme de las cara sapo, odio que sea porque mi padre hizo que Len estuviese de nuestro lado con dinero, pero es lo que hay.

—¿Pues qué? —cuestiona y no le toma ni un segundo a él llegar y quebrar el cuello de Neal en nuestra cara.

—Si la vuelves a tocar, tú también estás muerta —dice Len con sus ojos totalmente rojos posados en Laia quien no mueve ni un músculo detrás de mí.

Intento no reírme de ella, pero es en vano, me giro hacia su dirección y me cruzo de brazos —¿Cómo te quedó el ojo? La persona que tú creíste que nunca te iba a traicionar aquí está haciendolo por mí —poso mis manos en sus hombros —Laia, Laia, somos de mundos tan diferentes.

Ella junta sus cejas confundida —¿diferentes?

Asiento —Sí, porque justo ahora yo estoy en el mundo de los vivos, y justo ahora tú pasarás al mundo de los muertos.































...

La Chica Dhall ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora