Adora avanzaba con decisión, cada poro de su cuerpo sentía el poder fluyendo, estaba determinada a acabar con Genjitsu como sea, por ella misma, por Catra, por sus compañeros que la habían ayudado en esa travesía. Nunca se había sentido tan segura en su vida de algo; debía matar a Genjitsu por el bien del universo, costara lo que costara.
Percibía levemente a Catra que la seguía con sigilo, lista para cubrirle las espaldas. Sonrió con suficiencia, se sentía intocable, a pesar de que la ilusión se cerraba alrededor de ella, la rompería con sus propias manos si fuese necesario. Uno a uno iban cayendo los clones que trataban en vano de frenarle, se desintegraban al acercarse a ella.
Adora pensó en todo lo que le hizo pasar en aquellas realidades alternas, cómo manipularon sus sentimientos, utilizándolos en su contra, le hizo creer que tendría un hijo junto a Catra, y eso era imperdonable. Su ira poco a poco fue despertando, pero en lugar de perder el control, templó su ira para hacerse más fuerte, porque vencería a Genjitsu, pagaría por lo que le había hecho.
El rostro de Adora en su forma de She-ra estaba irreconocible, su aura era tan potente que incluso Catra se sentía amenazada, pero continuó siguiéndola sin dudar. Al final del túnel, bajo una luz intensa, estaba de pie un clon de Summa, que parecía tener la mente principal de la entidad, y observándolo bien, era una forma gaseosa flotante.
A su lado, había un hombre con una máscara roja y una nariz sobresaliente, vestido con un traje de cuerpo completo ajustado y de color negro.
—Genjitsu, por fin nos conocemos —dijo en tono frío Adora.
—She-ra, la heroína que según Summa puede vencerme. No eres la gran cosa. Es más, mientras hablamos, ya acabé con tu gatita.
Adora sabía que mentía, percibía claramente a Catra un par de metros atrás de ella, aún invisibilizada. Sin embargo, no pudo evitar mirar hacia el suelo, Catra yacía ensangrentada, boca abajo, con brazos y piernas torcidas, quebradas. Apretó la mandíbula, si creía que caería en algo así estaba equivocado.
—¿Por qué no te dejas de inventar ilusiones y peleas conmigo? —gritó Adora corriendo hacia él.
Genjitsu se rió, y de pronto aumentó su tamaño casi 5 veces, alcanzando una altura de casi 15 metros, de pronto Adora se estaba enfrentando a un gigante. Pero la rubia sólo pensaba en que si bien era un gigante, era más lento. La atacó con un brazo, que la rubia esquivó fácilmente.
Se subió por el brazo de un salto y corrió hacia su cara, luego se abalanzó sobre el cuello, espada en mano, concentró su poder en ésta, haciendo que brillara por la energía acumulada y se expandiera hacia la punta, por lo que su espada tenía el tamaño de una lanza. Así, fue capaz de cortarle la cabeza, y la sangre le salpicó en el rostro, por lo que por unos segundos perdió la visión, ya que tuvo que limpiarse.
Aquello había sido demasiado fácil, pero cuando abrió los ojos se encontró con otros dos gigantes. Hizo una mueca de burla, podía hacer aparecer cuantos gigantes quisiera, el resultado sería el mismo. Esta vez eran un poco más rápidos, intentaron agarrarla al mismo tiempo, pero se deslizó por el suelo evitando sus manos.
Se subió por el brazo de uno, trepó por su cabeza, hasta alcanzar el hombro del otro lado, de donde se devolvió para darse impulso suficiente para cortarle el cuello y saltar hacia el otro gigante, al cual clavó la espada en su hombro, y evitó a duras penas un manotazo.
Quiso acercarse al cuello, pero la otra mano la agarró, apretándola, sin embargo, se giró con fuerza y trozó la mano que la había agarrado. Intentando no caer, se apoyó sobre el muñón que había provocado para darse impulso y saltar hacia el rostro del gigante.
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Más cerca de ti - Catradora
FanfictionCatradora Fanfic (+18) Etheria, por ser una antigua arma mágica que permite a sus habitantes usar la magia, está en constante guerra. Pero esto puede terminar, gracias a la misión secreta para derrocar al planeta Titán. Adora y Catra pertenecen al e...