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Llevaban casi dos días esperando que Entrapta desencriptara la información que habían obtenido a duras penas del laboratorio. Se suponía que iba a ser un asedio sigiloso, pero nadie contaba con los drones de vigilancia. Bow intentó destruirlos todos, pero uno quedó fuera de su alcance y encendió la alarma.

En las puertas del laboratorio, en el puesto de un par de guardias, había un pequeño acceso al servidor. Pero pronto estuvieron rodeados de soldados, que a pesar de tener un aspecto casi humano, sus ojos eran parecidos a los de los insectos, y sus orejas eran un simple agujero, lo que perturbaba a gran parte del equipo.

Scorpia se encargó de los guardias y de cubrir a Entrapta mientras extraía la información del servidor. Como era un acceso restringido, necesitaba algo de tiempo. En un principio, Mermista y Perfuma estaban conteniendo a un pequeño pelotón de soldados que atacaban con armas simples de disparo. Glimmer las ayudaba teletransportándolas según fuera la necesidad.

Bow, parapetado en un edificio, las apoyaba disparando con su arco. Adora y Catra se adelantaron, y noqueaban a los soldados antes que alcanzaran las puertas. Sin embargo, cuando Entrapta logró acceder por fin al servidor, sonaron alarmas, y con ellas llegaron los problemas.

Venían soldados de todas partes, tanto del laboratorio como del exterior, acudiendo como abejas al panal. Comenzaron a fusionarse en grupos de 5 soldados, convirtiéndose en un súper soldado con 5 pares de ojos que tenían una visión en 360°. Adora se transformó en She-ra, pero no era suficiente, ya que eran demasiados.

Catra pidió apoyo a Sea Hawk con explosivos, aunque fuera una maniobra peligrosa. Necesitaban salir de ahí de inmediato, y el humo podría ayudarles. Pero Sea Hawk estaba atrapado, rodeado de soldados, y algo lejos de la lucha principal.

—¡Glimmer! ¡Necesito que traigas a Sea Hawk, tenemos que distraerlos y retirarnos! —le ordenó Catra.

Glimmer hizo una serie de teletransportaciones hasta dar con Sea Hawk. Pero al sacarlo de ahí, atrajo más soldados al resto de sus compañeros.

—¡Entrapta! Por favor dime que ya lo lograste —dijo Adora, mientras forcejeaba con dos soldados gigantes.

—¡Ya casi! ¡Sólo un minuto más!

—¡No tenemos más tiempo, nos están rodeando! Sea Hawk, ¡ahora! —gritó Catra.

—Cubriré el tiempo que le falta a Entrapta, ¡ustedes salgan de aquí! —dijo Adora.

Catra quiso gritarle que no lo hiciera, pero necesitaban a Entrapta, y la única que podía resistir a esos gigantes era Adora. Aprovechando el humo, le cortó la cabeza a unos cuantos, pero aún seguían siendo demasiados. Scorpia intentó ayudarle también, hasta que por fin Entrapta dijo que era suficiente y salió de ahí.

Adora las tomó a ambas con cada brazo, y de un salto se alejó lo suficiente del lugar. Se encontró con el resto en un callejón más allá.

—¡No vuelvas a hacer eso, Adora! ¡Fue muy peligroso! —le regañó Catra, quien se quedó esperándola.

—No tenía otra opción Catra, necesitamos que Entrapta localice el resto de los laboratorios.

Al volver a la base, Entrapta se instaló en su tienda a procesar la información obtenida. Logró desencriptarlo todo, pero, era un lenguaje nuevo para ella. Al parecer, la lengua de los militares no era la misma que la de los titanes, lo que le complicaba un poco más las cosas.

—Necesitaré más tiempo del que pensaba —les dijo a Catra y Adora.

Bow entonces se dedicó a asistirle, para intentar acelerar las cosas. Instalaron una antena receptora que se conectó a un satélite local, y comenzaron a trabajar. Estaban tan concentrados que ignoraban completamente al resto.

Adora decidió convocar a una reunión al resto, se le había ocurrido una estrategia gracias al desastroso enfrentamiento que tuvieron. Catra seguía molesta con ella, y no le dirigía la palabra, seguía pensando que con esa actitud Adora podría morir en ese horrible planeta.

Su idea era emboscar poco a poco las patrullas de los enemigos, en pos de reducir la vigilancia. Además, pretendía que el resto inmovilizara a los soldados para que no pudieran fusionarse y ella acabarlos con rapidez. Pero Catra le dijo que esa idea era absurda, ya que llamarían mucho la atención y probablemente acabarían encontrándolos y sería el fin de la misión.

Adora quiso insistir, pero Catra señaló que el comportamiento de "abejas" de los soldados podría volver a ocurrir y terminar siendo rodeados por todas las patrullas cercanas, y con uno menos (refiriéndose a Bow), no habrían muchas esperanzas. La discusión acabó cuando Glimmer dijo que lo mejor era esperar a Entrapta, antes de lanzarse a una misión y ser descubiertos.

Desde entonces habían pasado alrededor de dos días, y todos se sentían inquietos. La única que salía del campamento era Perfuma, quien estaba realizando un mapa del patrullaje del enemigo. Hasta el momento, el escondite era seguro.

Adora se sentía algo culpable, e intentaba acercarse a Catra, que siempre la esquivaba con facilidad. Decidió refugiarse en Glimmer, quien también se sentía solitaria al ser ignorada por su prometido. Conversaban de cosas triviales para animarse la una a la otra, y la rubia sentía que había hecho una buena amiga.

Sin embargo, a Catra le molestaba mucho que Adora se acercara a Glimmer, aunque nunca lo admitiría directamente. Gracias a que esquivaba siempre a Adora, terminó conversando y haciendo amistad con Scorpia, que por alguna razón le pedía consejos amorosos, porque le gustaba mucho Perfuma, pero no sabía cómo acercársele.

Catra entonces recordó la noche en que besó a Adora, sonrojándose al recordarlo, y se dio cuenta que no era la más indicada para dar consejos. Aun así, lo intentó, y lo único que pudo decirle fue que si quería algo tenía que ir y conseguirlo. A pesar de que lo dijo para quitarse de encima la presión, a Scorpia le pareció muy inspirador.

Catra no era capaz de concentrarse en lo que le decía, porque no era capaz de dejar de pensar en los besos de Adora, en el roce de su piel, en su olor. Su cuerpo se calentaba de sólo pensarlo. Entonces, súbitamente recordó algo.

—¿Scorpia, qué fecha es hoy? —preguntó con cierta alarma en la voz, interrumpiéndola.

—Eh... estamos a 15 de...

—¡No puede ser! —la cortó de nuevo.

Catra desapareció rápidamente de la vista de Scorpia, y se escabulló sigilosamente a la nave de Adora, para registrar con desesperación entre sus cosas. "No, no, no" pensaba, cada vez más angustiada.

—No están, las olvidé —murmuró casi sollozando.

—¿Qué olvidaste, Catra? —preguntó preocupada Adora.

Catra saltó hacia atrás instintivamente. No podía decirle a Adora que había olvidado sus pastillas de regulación hormonal, aquellas pastillas que evitaban su "celo". Y la presencia de Adora allí no le favorecía precisamente, su olor se sentía muy fuerte, y hacía que su cuerpo reaccionara contra su voluntad.

Estaba acorralada en esa habitación con Adora, no podía ser peor para su orgullo y dignidad.


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Había prometido un capítulo la semana pasada pero no pude publicarlo así que, ¡publiqué doble capítulo esta semana! Espero que lo disfruten, el próximo se viene suculento 7u7

Más cerca de ti - CatradoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora