Capítulo 27

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~ Unos días antes de ser descubiertos ~

Este día fue uno de los días más pesados tanto física como mentalmente. Odio los días en los que esta misión encubierta se vuelve tan difícil que es insufrible. Hoy tuve que sacarle información a alguien que evidentemente no debía decir nada, así que intenté ocupar ciertas tácticas de interrogación que aprendí en el FBI para ahorrarle dolor, pero las pocas que pude usar con los escasos recursos que tenía, no sirvieron. Como mis superiores de aquí ya estaban empezando a sospechar que algo andaba raro, tuve que golpearlo hasta que nos dijera lo que necesitáramos saber. Creo que le desfiguré toda la cara. No es la primera vez que tengo que hacer esto, pero debo admitir que no se vuelve más fácil.

Siempre intento que hablen por las buenas, pero siempre terminan hablando por las malas. Obviamente golpear personas para que hablen no es nuevo para mí, también lo he tenido que hacer para el FBI, sólo que en contextos sumamente diferentes. Generalmente golpeo a los malos para que me revelen información y que se haga justicia, pero honestamente no sé qué tanta justicia hay en todo este tema de las pandillas; creo que simplemente es la ley del más fuerte. Es muy difícil porque a pesar de saber que lo debes hacer porque es una misión, aún te sientes terrible por haberlo hecho.

A Jimin también le ha tocado hacerlo y por lo que entiendo tampoco se siente cómodo al respecto. No hablamos mucho en realidad, especialmente estas últimas semanas porque hemos estado muy ocupados, pero por lo menos nos vemos una vez al día en nuestro reporte al jefe. Debo admitir que estoy un poco preocupado porque lo han puesto a hacer muchas cosas rudas últimamente. No digo que él no sea capaz de hacerlas, es sólo que por alguna razón me preocupa que algo salga mal y Jimin termine herido. Digo, es válido, ¿no? Es mi compañero; debería preocuparme por él.

Salgo de mi cuarto al mismo callejón de siempre para entrar al mismo departamento que comúnmente está lleno de agentes. Me preparo algo rico de cenar como de costumbre y me curo las heridas en mis nudillos, mientras espero a que llegue Jimin. Me empiezo a preocupar al ver que el tiempo pasa y él no llega, pero intento mantenerme calmado pensando que seguramente debe estar de camino. Aparte no es la primera vez que llega tarde, incluso yo he llegado tarde algunas veces, pero aún así me preocupo porque no tengo ni idea de dónde esté o qué está haciendo.

Una hora pasa, dos horas pasan y Jimin no llega, así que sin esperar ningún tipo de consentimiento de mi jefe decido ir a buscarlo. Entro sigilosamente a la bodega para ver si por alguna razón puedo sacarle información a los inútiles que están siempre "vigilando" o mejor dicho jugando cartas. Escucho demasiados gritos, lo cual me llama la atención, pero pronto entiendo todo cuando me acerco a la mesa para ver que están jugando Uno. Ese juego es bastante extremo y puede terminar relaciones en un abrir y cerrar de ojos.

- ¿Qué pasó, perros?- Los saludo.

- Uy, mira quién se apareció. ¿Viniste a partirme la nariz otra vez, novato?-

- Tú dijiste que no fuera fácil contigo, no fue mi culpa.- Varios se ríen, mientras recuerdan cómo le rompí la nariz en una pelea. De repente hay peleas aquí para ganar respeto y sólo digamos que con esa yo gané bastante respeto.- ¿Y los demás?-

- Los superiores creo que están en junta y los otros novatos se los llevaron a un encuentro con otra pandilla.- Intento mantener mi expresión normal, actuando como si no ocurriera nada, mientras me muero por dentro.

- Cool. Bueno, me dio sed. Voy por agua. Nos vemos chicos. Deja de hacer trampa Marcus.- Empiezo a salir de la bodega, mientras escucho los gritos de los demás.

- ¡¿Qué?! ¿Estás haciendo trampa? ¡Lo sabía! Eres un perro tramposo hijo de la... - Salgo corriendo lo más rápido que mis piernas me lo permiten y tomo prestada una de las motos que están en el estacionamiento. Conduzco como loco porque sé exactamente dónde está y sé que no es bueno. Todos saben que los encuentros entre pandillas terminan mal un 99% de las veces. Ya es casi una regla.

Countryside - Jimin x lectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora