Yoongi seguí maravillado por la belleza de su esposo, sin embargo sintió que algo andaba mal, la respiración del pelinegro se hacía lenta, con cuidado comenzó a moverle mientras le llamaba.
-Hoseok -Sacudio sus hombros- Hoseok
El nombrado no respondía, pego su oído al corazón y pudo escuchar como se hacía lento, muy lento, con cuidado lo tomo entre brazos y bajo las escaleras hasta el primer piso, salió por la cochera recostando lo sobre el asiento del copiloto. Una vez ahí, pidió al chófer traer al pequeño y sacar a toda la gente.
Yoongi conducía como loco entre las calles, Jungkook miraba a su omma sobre el asiento sin responder.
-Appa -Dijo el pequeño- omma duelme.
-Si cariño.
Yoongi estaba al borde de las lágrimas, no podía perderlo, no ahora, qué se supone que haría con un niño de cinco años. Una vez que llegaron e ingresaron al hospital abrazo a su pequeño rezando en bajo por qué pudieran salvar a su omega. Las horas pasaron y no había señal de nada hasta que su doctor de cabezera salió.
-Señor Min -Se dirigió a este- Gracias a dios pudimos salvarlo.
Yoongi suspiro de alivió, Jungkook se había dormido en sus brazos.
-Sin embargo -Entrego una tarjeta de tratamiento mental -Pienselo, podemos ayudarlo.
Yoongi tomo la tarjeta viéndola por un largo momento, no podía hacerle eso, no al niño que tanto amo y ama aún.
Por otro lado Tae leía toda la información con detalle, su vista se concentraba en todo hasta que.
-Sufre de depresión...
Nam miraba por la ventana, para él no era nuevo, no cuándo lo conocía desde niño.
-Namjoon -Dijo Tae alterado- Mi Hobi tiene depresión.
Nam suspiro.
-No es algo nuevo -Le miro- no es nada nuevo.
Los ojos del alfa demostraban tristeza y culpabilidad.
-espera -Dijo Tae - tú lo sabías y lo dejaste solo...
Nam respondió con la mirada abajo -Le prometí todo Tae -Una lágrima se escapó- pero no cumplí nada.