La historia de Heidi es la de una pequeña huerfanita que es llevada por su tía a vivir con su pariente más cercano, su abuelo, que vive recluido en una cabaña en los Alpes. Heidi también se hace amiga de un niño pastor, Pedro, con quien sube a las m...
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(Exámenes, salón)
Rivales
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—¿Pudiste estudiar anoche?
—Algo.
Un examen muy importante para las mentes brillantes de Dörfli se realizaría ese día. Al ser los últimos años de escuela debían dar obligatorias aprobadas para concluir la ante última parte de la educación. Claro que estudiar no estaba en los planes de Heidi la noche anterior.
—Que extraño. Siempre estudias mucho para este tipo de evaluaciones—dijo Pedro tratando de leer un libro con el temario del examen.
—Es que estaba algo cansada, te mencioné que fui al...?
—Mercado. Si lo dijiste.
Heidi estaba desconcentrada, la razón? Julie. No podía dejar de pensar en las cursilerías que pudo haber puesto en su ridículo artículo. Luego estaba el tema de la foto, era necesario? Debía hablar seriamente con ella cuando la encontrase, sino todos en el pueblo se enterarían de su relación con Pedro. No sentía problemas sobre que se hiciera público pero le agradaba más la idea de ir poco a poco.
—Pues hay algo que no te dije—dijo Heidi con algo de misterio en su voz. Planeaba contarle acerca de su encuentro con Julie Mills hace unas horas.
Pedro levantó su vista del libro que cargaba en sus manos para prestarle atención a las palabras de Heidi—¿Qué?
—Pues cuando estaba volviendo de hacer las compras tuve un...—Heidi hizo una pausa para pensar, valía la pena contarle lo sucedido cuando aún no había intentado detener el posible chisme? Tal vez no.
—Un...—Pedro estaba ansioso.
—Bueno, tuve un recordatorio en mi mente cuando había terminado de conseguir todo—Pedro bufó—Quise darte una sorpresa así que te compré unas salchichas.
—¿De veras? Cáscaras, gracias!—Pedro dio un corto beso en los labios de la pelinegra mientras esta sonreía estupefacta. En eso llegó el bendito profesor quien no se veía de buen humor, irónico. Debía ser justo en un día de examen.
—¡Solo sus pizarras y tizas arriba de sus escritorios, no toleraré nada de trampas!
Las dos horas que tenían para resolver la evaluación que consistía en un múltiple choice transcurrieron de manera silenciosa. Se trataba de una comprobación de lectura para suerte de Heidi, quien en sus tiempos de trabajo le dedicaba muchas horas. Tantas que hasta había desarrollado un don de concentración mental cuando leía. Esa era unas de las razones por las cuales se encontraba relajada para aquel cuestionario. Pero muy pensativa acerca de su pequeño y ligero problema.