Capítulo 10

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Ya era de mañana, y la luz del sol entraba por la ventana que era cubierta por unas cortinas púrpuras con dibujos de gatitos, estás habían sido un regalo de Aizawa para T/N. Aizawa le gustaban mucho los gatos, así que la mayoría de los obsequios que le hacía a T/N se trataban de felinos.

— hmmm... — comenzó a despertar Tomura, quien estaba dormido en el sofá de T/N, miro a los alrededores extrañado y se estiró un poco teniendo dolor de espalda.

— ¿¡Kurogiri!? — grito sin encontrarle.

Recordando que no se encontraba en casa, sino en la casa de T/N. Había pasado la noche ahí.

Se levantó comenzó a explorar su entorno, mirando las fotos colgando la pared en las que se veían T/N junto a su madre y hermano.

Minuto después bajo T/N, el ambiente se volvió incómodo en un instante.

— Hola... — saludo rompiendo el silencio, ella saludo de igual manera mientras se dirigía a la cocina para prepararse el desayuno.

Tomura nuevamente se sentó en el sofá sin saber que hacer o decir, rasco su cuello disgustado pensando en algo que lo sacará de esa situación.

— Tomoe... Así se llama nuestro hijo, Tomoe Shigaraki.

T/N detuvo lo que hacía y se mantiene atenta a lo que dice, intranquila por la próxima conversación que se avecina.

— Tomoe vive con Dabi, el está cuidando bien de él — se levantó dirigiéndose hasta donde se encontraba T/N quien seguía preparándose el desayuno, intentando no hablar con él.

Pero Tomura tenía más en claro que ella me estaba escuchando y una sonrisa de alivio se formaba en su rostro al saber que su hijo estaba bien.

— Sabes... Realmente estoy arrepentido por lo que pasó en el pasado... Lo estuve pensando mucho, tanto que era tormentoso hacerlo, estoy arrepentido.

Lo que esperaba, comenzaría hablar de su relación y todo volvería a ser incómodo. T/N no quería hablar del pasado, eso le habría heridas que creía que habían cicatrizado.

— no puedo vivir con este pesar, saber que te lastime, que sufriste por mi culpa, por favor.. perdóname, es lo único que te pido.

T/N lo pensó bastante, tanto que se olvidó de los panes en la tostadora los cuales comenzaban a quemarse.

Tomura se acercó y le ayudo en la cocina, dejando los sándwich sobre el plato.

— Desayuna bien... Traeré a Tomoe contigo, tendrás de vuelta a tu hijo.

•••

— no nos sirve de nada. Hay que librarnos del niño — discutían un grupo de seis sujetos escondidos en una callejón, por el cual pasaba un azabache de ojos turquesa, deteniéndose a escuchar la conversación.

— tienes razón es mejor, tal vez podamos venderlo.

— ganaríamos mucho dinero con él, o incluso podemos pedir dinero por un rescate, cuando nos paguen el rescate nos quedamos el dinero y vendemos al niño al extranjero.

— bien pensado, vamos a venderlo.

— ustedes no van a vender a nadie — Dabi se acercó desde su escondite, caminando lenta pero peligrosamente.

— ¿Quien eres tú, acaso piensas detenernos? — rieron divertidos — somos seis y tu eres solo uno, no puedes contra nosotros.

Apareció una espada de la palma de su mano con la cual le apunto el cuello.

Una Palabra (Tomura X Tu) En Edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora