26| Side Story

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—Eres un alfa tierno — apretó su mejilla dejando una marca roja sobre esta. Luego de esto sus mejillas se tornaron de un tono rosado ante la mirada del alfa más alto,— lo eres aún más cuando te sonrojas.

El doctor desvío su mirada.

—Aleja tus manos de mi.

Ray parecía divertirse mucho con las reacciones del doctor, no pudo evitar acercar su mano nuevamente en la mejilla del doctor y dar leves caricias como si tuviera miedo de lastimarlo.

—Eilán — susurró su nombre,— eres el alfa más lindo que he visto.

—¿Vas por la vida diciendo que los alfas son lindo o algo así?— cerró sus ojos,— no es algo que un alfa deba hacer.

Empujó a Eilán a la pared más cercana, unió sus cuerpos no importándole la reacción del alfas más bajo. Si antes estaba acariciando sus mejillas, ahora tenía su mandíbula apretada esto hizo que sus labios formaran un puchero.

Obligó que hiciera su cuello de lado, aunque Eilán no puso nada de resistencia. Sin más, acercó su nariz al cuello del alfa más bajo, inhalando ese aroma dulce que desprendía.

—¿Qué haces?— su cuerpo se tensó por un momento.

—Huelo tu cuello, es obvio.

—Tú realmente eres un alfa raro — tragó saliva. Puso sus manos sobre el pecho del alfa, no para apartarlo sino para mantener sus manos ahí sin hacer nada.

Era extraño tener a un alfa oliendo su cuello como si fuese un omega. Una parte de él le decía que se quedara quieto mientras que Ray se llenaba de su aroma y la otra parte le decía que lo apartara de inmediato antes de que alguien entrara a la oficina. Pero Eilán no quería que Ray alejara su nariz de su cuello.

Lo mordió. Lo hizo de forma suave para no dejar una marca tan notoria, el alfa más pequeño se sobresaltó al sentir los dientes de Ray sobre su piel. Sin duda, Ray es un alfa extraño y aún así quería seguir conociendo más sobre el.

Su alfa estaba ronroneando lo cual casi no hacía.

Ray dejó de apretar los labios del alfa llevar ambas de sus manos a la cadera de Eilán, este se tensó ante el tacto, tuvo que respirar profundo para poder controlarse.

—Me interesas, Eilán.

Posó sus ojos en los de Ray.—¿Ah?

Fue muy atrevió al acercar su boca a la de Eilán, provocando que el alfa apretara sus labios al mismo tiempo que se inclinaba hacia adelante, todo esto por instinto.

—Me interesas — repitió en un sutileza. Apretó su agarre en la cadera, frotó sus cuerpos para ver la reacción del alfa, este simplemente llevó una de sus manos a su cara para ocultar su sonrojo.— Realmente me interesas.

—Atrevido.

—Voy a besarte.

—No vas a besarme — lo apartó, solo un poco,— no besaré a otro alfa. Aléjate.

Ray no iba a alejarse de Eilán, de eso estaba más que seguro. Desde que lo vio en el puente se le hizo muy lindo y tierno, no quería estar un segundo más lejos de los labios del alfa más bajo. Ray sabía que Eilán podía golpearlo en cualquier momento, usar su fuerza de alfa para apartarlo de una buena vez, pero ¿por qué no lo hacía?

Eilán estaba a punto de decir algo más, pero fue interrumpido por los labios de Ray. Lo acorralo en la pared para evitar que escapara de él, apretó su cadera para escuchar un severo sonido proveniente de su boca, era lindo, muy lindo. Los labios del alfa eran suaves y sabían a coco, quizá se debía al bálsamo que suele usar para evitar que se le agrieten por el frío.

El Cortejo De Los OmegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora