XXXIV

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Hermione

...

Fleur había sido muy amable y delicada al curar mis heridas.
No había dicho una sola palabra a Bill desde que nos habían visto aparecer en la casa heridos.
Veía el dolor reflejado en sus ojos y yo ni siquiera podía hacer magia.
Me sentía reprimida.
Como si estuviera en pausa.
Pero esto no podía seguir así o tendría otra crisis de oscuridad y los dañaría.
Algo tenía que hacer.
Luna también venía a verme y aunque no hablara conmigo era reconfortante su compañía.
Pero ya era demasiado tiempo sin ningún resultado.
Estaba siendo muy malo.
Harry y Ron estaban más repuestos y yo ni siquiera podía ayudarlos a planear lo que haríamos.
¡¿Como los ayudo?! Si ni yo misma puedo ayudarme.
Theodore...
Sentía una gran necesidad por verlo.
¿Estaba vivo al menos?
Sabía perfectamente que Malfoy lo estaba.
El estuvo ahí cuando Bellatrix me torturaba.
Estuvo ahí y no hizo nada.
Estoy segura de que disfrutó lo que su tía me hizo.
Si hubiera sido por él, apuesto que me hubieran matado.
Pensando todo aquello sentí como si la cabeza me fuera a explotar.
Dolía mucho.
La piel me quemaba.
Me sentía arder por dentro.
Mis venas empezaron a marcarse de negro otra vez.
Dios mío. No ahora por favor...
Si la oscuridad tomaba control de mi sería una catástrofe.
Empezaba a temblar de pies a cabeza cuando la puerta se abrió.
El rostro de Luna se asomó y me hizo la seña de que la siguiera.
Lanzó un hechizo silenciador a nuestros pies y bajamos a toda prisa fuera de la casa.
Corrí tras ella hasta que llegué al borde del bosque.
Más allá de él no tendría protección.
Era arriesgado irme y también quedarme.
_ve... Yo te cubro, hay alguien al otro lado esperándote.
No entendí muy bien hasta que crucé la barrera y el calor en mi pecho explotó lanzándome lejos.
Un par de brazos fríos me tomaron y todo desapareció.

Luna

_¡Griphoock tiene que ayudar! Debemos convencerlo, Harry
_Ron, se supone que nadie más debe saber lo que planeamos y tú estás gritándole a toda la casa nuestro plan.
_estoy empezando a desesperarme Harry. Viví las horas más horribles en la Mansión Malfoy escuchando gritar a Hermione. Y ella no está bien, ¡¿Entiendes, Harry?! Solo quiero simplificar las cosas
_¡Pero así no lo haremos!
Oh no...
Ni siquiera se imaginan lo que le pasa a Hermione.
Pero había alguien que podía ayudar.
Theodore Nott y Pansy Parkinson sabían lo que pasaba con ella.
Los torposolos que los rondaban se parecían a los de Hermione.
El problema sería contactarlos.
En la mansión Malfoy había tenido ayuda de Draco y Theodore.
No había muerto de hambre gracias a ellos.
Escuchaba sus tormentos mientras me creían dormida.
Sabía tanto de ellos que tenía certeza de que esos dos perfectos sangre pura estaban perdidamente enamorados de Hermione.
Merlín... ¿Que hago?
Entonces recordé algo.
La manera en que nos comunicamos en Hogwarts para decirles lo que Dumbledore planeaba.
Así que una vez más utilicé el hechizo que Nott me enseñó.
Me quitaría un poco de energía pero era necesario.
Mione moriría si dejaba que la oscuridad de su corazón tome control de ella.

...

Fui a hacerle compañía a Mione antes de que Fleur viniese con su cena y curase sus heridas una vez más.
Ella tenía la mirada perdida...
Como si estuviera en un conflicto consigo misma.
Yo había visto esa expresión antes
Pero ¡¿Dónde?!
Fleur entró en la habitación cargando una charola con comida.
De inmediato me puse de pie para ayudarla.
_Merci...
_descuide, yo puedo darle de comer esta vez. Vaya y cene con los demás
_¿segura?
_claro
Desde que estaba casada con el hermano de Ronald Weasley, Fleur Delacour hablaba más fluido nuestro idioma y su acento francés dejaba de ser tan notorio.
Volví la mirada a Hermione y la acomodé para darle de cenar.
Era como alimentar a un niño.
Se veía sin fuerzas.
Esa no era la chica que yo conocía.
No era la leona aguerrida que defendía a sus amigos.
Sentí tristeza y fue mucho más fuerte cuando ví en sus ojos a la oscuridad titilar.
Esto tenía que acabarse.
La oscuridad no podía quitarle su magia tan fácil.
Y ya había tomado precauciones.
Mientras le daba de comer, una nota llegó hasta mí.

Dame su ubicación e iré a buscarla.
                                                              ~ T.N.

La letra en la nota yo la conocía muy bien.
Theodore Nott me había respondido.
Tenía que ayudarla.
Busqué mi pluma y tinta, no encontré lo segundo, así que hice un pequeño corte en mi dedo y utilicé mi sangre para escribir.
Ví un ligero parpadeo en Hermione.
Escribí rápidamente como llegaría.
Era cuestión de esperar.
Ambos sanarían su heridas mutuamente y tenía que ser lo más pronto posible.
Por lo menos debían estar juntos un par de horas.
Debía bastar eso por ahora.
En cuanto terminé de escribir repetí el hechizo.
Apenas terminé de enviar la nota, Fleur volvió a entrar.
Mione había comido sin mi ayuda y no lo había notado basta que escuché a Fleur decir que vendría a curarla dentro de poco.
La vestí con un camisón oscuro y largo de corte imperio.
Peiné sus cabellos y la recosté.
_vendré más tarde. Te ayudaré a suprimir esa oscuridad.
Recibí un parpadeo de su parte y salí de la habitación.
Todos estaban ya descansando.
En unos días dejaríamos la casa para ir a un lugar más seguro.
Y Hermione tenía que estar en óptimas condiciones para entonces.
Pasaron varias horas.
Las velas se apagaron y los nargles empezaron a gritar que había problemas.
Debía ser rapida.
Aún se escuchaban susurros en las habitaciones.
Me levanté de la cama e insonoricé mis zapatos.
Empecé a caminar de un lado a otro.
Theodore Nott no me había dado respuesta aún.
¡¿Cómo enviaría a Hermione sin saber si él estaría ahí?!
No pasó mucho cuando una nueva nota llegó  seguida de un dibujo.
Si... Él estaba aquí.
Cuando todo estaba en completo silencio fui en busca de Hermione.
Abrí la puerta de su habitación muy despacio, procurando no hacer ruido.
Sus ojos eran dos pozos completamente negros.
Sus venas estaban marcadas en su piel, totalmente oscuras.
Era una visión siniestramente hermosa.
Le hice una señal con las manos para que me siguiera.
En cuanto llegó a mi lado insonoricé sus pies y empezamos a bajar a toda prisa.
Debía llevarla rápido.
Utilizando mi varita abrí las puertas en silencio y corrí junto a ella hasta el borde de la protección.
Ví sus dudas así que una vez más hice lo que era correcto
_ve... Yo te cubro, hay alguien al otro lado esperándote.
Dió un asentimiento y cruzó la barrera.
Dulce Morgana, cuídala...

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