7. El espía, y los olvidados.

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Wilson tenía una misión muy importante: supervisar a House sin que este se diera cuenta y falló catastróficamente.

El primer día que llegó al Grey-Sloan House se dió cuenta de que era él desde varios metros de distancia. Y lo único que pudo evitar un encuentro entre ellos fue la interrupción por uno de los doctores de ese hospital. Y fue por pura costumbre que levantó la mano y saludó en ese instante a House. Rápidamente se dió cuenta de su error y corrió a esconderse.

Cómo no conocía el hospital estuvo dando vueltas sin saber a dónde ir. Hasta que por fin llegó al área de quirófanos y conociendo a House sabía que él no llegaría a operar así que simplemente entro esperando que no lo regañaron por estar ahí

—¿Doctor?

Wilson tenía el rostro blanco, y las manos muy frías por el susto, estaba seguro que lo iban a regañar.

—¿Si?

—¿Es usted oncólogo? El doctor Weber lleva esperándolo un buen tiempo.

Wilson no sabía si afirmar o negar lo le preguntaban porque si era oncólogo pero no sabía si tenía autoridad para operar.

—¿Doctor?—volvió a preguntar la enfermera.

—Si soy yo—respondió, —¿Dónde están sus lavados?

—Al fondo a la derecha—le dijo la enfermera.

Wilson se lavó muy bien y entró al quirófano, Weber fue el primero en darse cuenta que él no era el doctor Malick que esperaban.

—Hola a todos, soy el doctor James Wilson, oncólogo en el hospital Universitario Princeton-Plainsboro.

Weber se levantó como manera de saludo y les dijo a todos los que estaban con él, que el doctor Wilson era lo mejor de lo mejor. — Richard Weber, cirugía general.

—¿Por qué necesitan a un oncólogo?—preguntó Wilson. —Puedo ver qué ya han avanzado mucho con la laparotomía.

—Esa es la cuestión doctor Wilson una de las enfermeras se percató que hay una masa en el hígado y otra en sus pulmones y necesitamos saber si es cáncer—¿Porque no usan el laboratorio para averiguar?

—Por el paciente secreto, ocuparon toda el área del laboratorio por el miedo que alguien intente matar a esa persona—Weber pensó que Wilson sabía del paciente secreto.

—Bueno, ¿Qué quieren que yo haga?—dijo Wilson.

Una enfermera le pide que se siente al otro lado del quirófano y saca una pequeña caja con muchos papeles —Esto doctor Wilson, son todos los exámenes que le hicimos al paciente antes de hoy. —Esto no será suficiente—mencionó Wilson, no a menos que le hagamos una biopsia a la masa.

—Adelante doctor Wilson, haga la biopsia—le indicó Weber.

Wilson no estaba seguro de lo que haría, es más le daba miedo pensar que estaba infringiendo la ley. Todos lo estaban viendo y esperando a que hiciera su primer movimiento.

—¿Vuelvo a llamar al doctor Smith?—preguntó una de las enfermeras al darse cuenta que Wilson no hacía nada. —No es necesario—mencionar Wilson —bisturí diez.

Y así Wilson comenzó con la cirugía para poder sacar una muestra para la biopsia.

—¿Usted es casado?—le preguntó Weber, —No, soy divorciado, me he divorciado tres veces—respondió Wilson. —¿Hijos?—Weber estaba interesado en conocerlo.

—No sé, aunque sí me alegraría tener uno—dijo Wilson. —No se afane doctor Wilson, ya encontrará alguien que lo ame, por ejemplo tuve que amar a dos mujeres a la vez, y ahora estoy casado con mi jefa, que más que mi jefa es mi dueña o mejor dicho dueña de este hospital.

—¿Catherine Fox es su esposa?—pregunto Wilson. —Si así es, ella es mi esposa y super millonaria.

Wilson quedó muy impresionado con la cantidad de dinero y pensó en la posibilidad, que tal vez el amor de su vida aún esté en la escuela de medicina. —Bien doctor Wilson, veamos si el cáncer ya hizo metástasis.

Wilson se levantó y llevó la muestra para analizarlo mientras tanto Weber se ponía a pensar en todo lo que se podía hacer con la cantidad de dinero que sabía que Catherine tenía. Tomó el tiempo necesario, pero ya tenían el resultado.

—Es cáncer—dijo Wilson triste. - Es cáncer y ya está en el ochenta por ciento de su cuerpo. Deben informarle a la familia.

Se notaba en todos la decepción, Weber se puso de pie e indicó que lo cerrarán. Se acercó a Wilson y le preguntó si podía ayudarlo a informar a la familia. Ambos salieron del quirófano y llegaron hasta los familiares dónde les indicaron lo que había pasado.

—¿Estás bien?—preguntó Weber —Si, si estoy bien—respondió Wilson—solo necesito un momento.

Wilson se quedó ahí por un momento, hasta que escuchó, cuando la doctora Bailey le decía a la doctora Cuddy que ella no dejaba que nadie operará sin autorización.

—¡Ahora sí que metí la pata!—murmuró Wilson sin darse cuenta que alguien más lo escuchaba.

Mientras tanto, Meredith estaba cubriendo urgencias, Alex hacía rondas en pediatría, Cristina... Bueno quien sabe lo que hacía Cristina en el laboratorio, Jo corría cómo loca para poder hacer todos los análisis posibles antes que House llegará.

Prácticamente a casi todos se les olvidaba la razón por la que estaban muy felices al iniciar el día. Por razones del destino todos llegaron al laboratorio donde se dieron cuenta que Cristina estaba contando la cantidad de microfibra que tenía su uniforme.

—¿Qué haces?—preguntó Meredith. —¿Que parece que hago?—le contestó Cristiana— Ya no tengo nada para hacer, Attman me sacó de los casos quirúrgicos y no tenemos nueva información ni pacientes.

—Dímelo a mí, en urgencias no hubo nada interesante.

—Nadie nos quiere decir quién es el paciente en el sexto piso—dijo Jo, con mucho desánimo.

—La verdad creí que trabajar con el doctor House sería diferente—dijo Jo. —Ven, se los dije—hablo Meredith—ese hombre no es el Dios del diagnóstico. —odio que tengas razón—respondieron todos.

—Él ya se va—dijo Álex.

—¿Cómo que se va? ¿Quién se va?—preguntaron todos.

—House, House y todo su equipo de diagnóstico se va—respondió Karev.

—Y tú cómo lo sabes—le preguntó Amelia quien justamente acababa de entrar al laboratorio

Alex les contó toda la historia del parto de Cameron. Y cómo fue que el doctor Chase operó sin tener privilegios.

—¿Será que solo por eso Bailey lo saca del hospital?—se preguntaron.

—Yo pienso que sí—respondió Meredith— no creo que el paciente sea tan importante como para tener a House aquí a la fuerza.

Luego de una plática nada interesante decidieron ir por comida, grande fue su sorpresa al salir cuando Bailey les dijo

—Bien... Por fin los encuentro.

—Bailey ¿Que pasa?

—Pasa Meredith, que tú Karev, Yang, y Jo tomarán un vuelo a Nueva Jersey para trabajar con el equipo del doctor House.

Nadie sabía cómo reaccionar, ni tenían la menor idea de que pasaba y no se atrevían a preguntar porque se notaba que Bailey no estaba muy feliz.

Grey & HouseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora