¹7

26 1 0
                                    

La tensión era latente esos días, su mente maquinando a mil. Había olvidado la apuesta, nadie se lo acordó tampoco quería hacerla.

Tenía emociones y pensamientos que iban de uno a otro. Había dos causantes.

Clarke y Camila.

El dolor que dejó Camila ese día, al ver que fue descubierta.

Y el beso de Clarke que la dejó descolocada.

Cree estar paranoica cada vez que se miraban pareciera que fuera una eternidad, no lo quería ver así... Suponía que Eliza simplemente la miraba por mirar... Cosas normales.

Había escenarios intensos  con Eliza, donde tenía que mostrar su lealtad, arrodillándose ante ella sin dejar de mirarse. Su corazón ardía y no podía explicarse exactamente el porqué.

Hablando su papel de Comandante Alycia se prepara para hacer una de su escena cuando Eliza ingresa a su habitación. Alycia esta mirándose en el espejo, observando sus pupilas.

— Tienes cargador, creo que he perdido el mío. — Dice de repente Eliza, sonriendo. Tenía su traje de Clarke.

Alycia un poco nerviosa rebusca en su bolso encontrando su cargador, dándole de inmediato sin poder evitar un pequeño rose. Eliza se muerde su labio inferior, ella mira el cargador de su dueña, no lo agarró en su totalidad y la morena no se ha tomado la molestias de terminar de soltar.

La tensión crecía, sus corazones galopan. La rubia alza su cabeza para ver la morena a los ojos y terminar de decir “Gracias”. Sin embargo, su voz quedó atascado en su garganta, los ojos de Alycia se volvieron una verde agua, intenso para ellas.

«¡Arriésgate!» Exclama un voz dentro de la cabeza de Alycia.

— Lo siento. — Susurra Alycia, soltando el cargador atrapando la mano de la rubia y jalando su cuerpo hacia ella. Estampando un beso superficial sin movimientos por unos milisegundos, hasta que Alycia decide iniciar un beso de verdad agarrando su labio inferior y notando que Eliza no se queda atrás.

El remolino en su interior comenzó, había olvidado por un momento a Camila y todo lo que había causado, estaba en una habitación sintiendo la paz que quería.

Es muy triste porque el beso no duró mucho, la puerta sonó y de las dos se separaron de golpe, la rubia agarrando el cargador aún desorientada y Alycia volteando fingiendo que se veía el maquillaje.

— Pase. — Su voz era un hilo en ese momento, uno de los ayudantes ingreso penoso, Eliza lo saludó y se excuso que había olvidado el cargador y agradecía a Alycia. Sin esperar un gracias se marchó de la habitación.

El ayudante avisó que iban a empezar a rodar.

Había pasado semanas.

Una vez terminado de producir la temporada y haber finalizado con todos los episodios. Todos terminaron de aplaudir por el éxito que se aproximaba.

Alycia buscaba hablar con Eliza, siendo así la rubia la esquivaba. Se sentía mal por ser tan idiota y arriesgarse otra vez.

Necesita disculparse e invadió la habitación de Eliza, está quitándose la ropa para poder irse, encontrando a la rubia en sostenes y sonrojándose al momento de verla, se volteó apunto de irse se golpea con la puerta sin tomar en cuenta que ella lo había cerrado, su mundo dio vueltas por un momento, las manos de Eliza la sostuvieron la guío a la silla, le empezó a echar aire con el libreto.

— ¿Estas idiota? — Gruño Eliza un poco molesta.

— Tus chichotas me pusieron así. — Susurro Alycia media mareada. Aún no tomaba en cuenta lo que decía. Sintió que dejó de echar aire, abre sus ojos y la rubia estaba colocando una camisa bufando. — Yo vine a disculparme... Creo...

Periodista Camren. (Clexa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora