NOX, sirius black ₁

Capitulo 34

EL VIAJE DE REGRESO A KING'S CROSS EN DICIEMBRE transcurrió sin problemas, pero cuanto más se acercaban a Londres, más el sentimiento de pavor de Calypso se asentaba en su pecho.

Era como si cada célula de su cuerpo le estuviera diciendo que no fuera a casa de su padre y que se quedara en un lugar seguro. Ella expresó sus preocupaciones a los chicos, pero le dijeron que probablemente no era nada y que solo estaba preocupada.

Cuando el tren entró en la estación, Calypso salió de su compartimento con sus amigos y visualizó a su novio. Aerin se acercó a abrazarla y darle un beso, ella le dijo que trataría de convencer a su papá de que la dejara ir a su concierto.

—Ustedes dos me enferman— James dijo cuando Aerin se alejó de ellos

Ella le dio un codazo en el estómago y vio como Remus saludaba tímidamente a Karma desde el otro lado de la plataforma. Karma le sonrió antes de que su madre llamara su atención.

—¡Adiós, chicos!— Calypso se giró hacia cada uno de los chicos y los abrazó —Los veré a todos pronto

—Cuídate— le pidió Sirius cuando envolvió sus brazos alrededor de sus hombros. El mayor de los Black La atrajo más, después de unos largos segundos, Calypso se apartó y le sonrió dulcemente

Se giro para encontrar a su padre de pie entre los grupos de padres e hijos con su habitual mirada impasible en su rostro. Calypso sintió una cierta tristeza cuando siguió la mirada de Ícarus, porque los ojos del hombre estaban puestos en Rania, que estaba al otro lado para recoger a Ophelia.

Lo miró con nostalgia y, después de lo que Calypso había visto en la mente del profesor Arcturus, ella no entendía por qué su padre no había luchado por Rania si todavía seguía enamorado de ella.

Los ojos oscuros de Ícarus se posaron en su hija cuando se acercó a él.

—¿Lista?— preguntó con voz ronca. Calypso asintió y él le quitó el carrito y lo empujó entre la multitud

La menor de los Krane observó por encima de su hombro una vez más y vio a Sirius mirándola mientras él estaba con su familia.

Ella se despidió con la mano delante de ella y su padre abandonó la plataforma y se aventuró a salir al coche.

El paseo fue silencioso, como siempre, y Calypso se resignó a mirar por la ventana y ver pasar todo lo que pasaba mientras se aventuraban de regreso a Wiltshire.

Cuando ya estaban en la mansión, no bajó de su habitación hasta que llegó la hora de la cena y Minnie, junto con el resto de los elfos domésticos, sirvió comida a los dos Krane en el comedor tenuemente iluminado.

Calypso suspiró y picó su comida, sintiendo que se le revolvía el estómago. Algo andaba mal. Ella lo sabía. Ella podía sentirlo.

—Tendremos invitados en Navidad. Espero que te comportes de la mejor manera— le comento  Ícarus a su hija, rompiendo el silencio

—Si padre— Calypso murmuró, manteniendo los ojos fijos en el mantel

Sus ojos parpadearon por un momento y vio a su padre abrir la boca como si fuera a decir algo. Después de una fracción de segundo de vacilación, apretó los labios en una línea y volvió a comer su comida. Calypso frunció el ceño, preguntándose qué quería decirle.

Se retiró a su habitación después de la cena y en el segundo en que su cabeza golpeó la almohada, estaba ya dormida.

Calypso estaba en una habitación oscura en la que nunca había estado antes. Su entorno y todo lo relacionado con el lugar le resultaba completamente desconocido.