STARVING #1 (Saga STARVING)|Christopher Vélez.(Completa)

C25. Diciembre.

Me rio.—¿Estás bromeando, verdad?—se ríe Axel.

—Pues…no.—responde Belenn moviendo su mano.—De todos modos no es que lo piense volver a hacer, el dolor es increíble y es algo que definitivamente no me gustaría volver a experimentar.

—Masoquista o no; a mí sí me gustaría...—la voz de Axel llena el aire y una risita de Belenn lo secunda.

Me echo a reír de nueva cuenta y niego lentamente.—Dios, ustedes ni siquiera han bebido y ya están diciendo tonterías…—me burlo.

—Oye no te quedas muy atrás.—se queja el ojiazul.

—Me encanta la pareja que hacen…—la voz de Belenn se hace presente una vez más y asiento lentamente.

—Creo que después de todo somos una buena dupla…—bromeo y ambos se ríen.

—Puf, por favor.—se ríe él.

El auto se detiene lentamente y cuando soy capaz de escuchar el ruido provocado por las personas afuera mi corazón se detiene un segundo. El interior se queda en silencio total y cuando llevo mis ojos al frente puedo ver dos pares de ojos contemplándome fijamente.

—Oye recuerda lo que te dije hace un rato…—comienza Axel.

—Es un poco complicado si quiera respirar…—él niega.

—Vas a hacerlo increíblemente bien, cariño.—responde tomando mi mano para llevarla a sus labios. Pero él no está fingiendo. No está diciéndolo solo porque deba decirlo delante de Belenn. Él está diciéndolo en serio.

—Gracias.—susurro.

—No tienes nada que agradecer.—decide.

—Axel tiene razón, Danna…todo va a ir genial…

—¿Saben la cantidad de prensa que habrá dentro de ese salón…?—cuestiono.

—Nada que no hayas manejado antes.—anuncia el castaño.—Vamos, iremos justo detrás de ti…

Sus palabras penetran mis tímpanos y con manos casi temblorosas espero a que él abra la puerta para poder salir. Siempre he escuchado que los británicos son probablemente las personas más educadas sobre la faz de la Tierra y cuando él le tiende su mano a Belenn para ayudarla a bajar  y un momento después a mí; lo confirmo.

En el momento en el que bajo del auto un millón de flashes que vienen de todas las direcciones posibles estallan en mi rostro. Una falsa sonrisa aparece en mis labios y me dedico a agitar mi mano en su dirección para saludarlos. La mano de Axel se entrelaza con mi mano libre y siguiendo a Belenn nos encaminamos al interior del salón repleto de personas. En la distancia puedo ver a Marion junto a Charlie pero no les tomo importancia.

Las miradas que los fanáticos lanzan sobre mí  me hacen sentir como la jodida octava maravilla del mundo pero cuando mis ojos van más allá y detecto a Aarón al fondo del salón mi corazón se acelera. Porque no hay una jodida manera de que él esté aquí cuando dijo que no vendría. Y maldita sea la jodida noche pero cuando las luces se apagan por un breve segundo antes creo ver a Christopher. Tal vez son solo mis nervios y algún efecto secundario tras la conversación que tuve con Axel.

O tal vez solo me estoy volviendo loca. No lo termino de decidir.

—¡Danna!—me llama Axel. Lo miro un segundo y él me sonríe.—Vamos, nos quedamos de pie aquí…—anuncia. Entonces me doy cuenta que en efecto, estamos de pie en la entrada del lugar. Asiento lentamente y dejo que me conduzca por el salón lleno de personas.

La gente corea mi nombre y una autentica sonrisa se forma en mis labios. Porque tener a cien fans dentro de un salón de fiestas no se compara en absoluto que tener que lidiar con cien millones. Puedo ver los rostros de cada uno de ellos y sentir su emoción en primera fila. ¡Y lo adoro!