Prólogo

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"Nunca podrás escapar de tu corazón, así que es mejor que escuches lo que tiene que decirte..."

-Paulo Coelho-

La joven maestra de cabello largo con ojos analizadores caminaba a lo largo del salón mientras oía al alumno en turno, una vez que finalizo asintió con la cabeza para permitir que diera por sentado su participación.

-Bueno, muchas gracias, será un placer ayudarte a crecer. Ahora bien, seguimos con el alumno tras tuyo. Así que ponte de pie.

El mencionado miro seriamente a la profesora quien se mantuvo firme pero bastante amigable, algo que la pareció molesto al menor.

-¿Puedes por favor dar tu presentación?-Pregunto de nuevo en forma cordial la profesora a cargo.

El alumno, con aburrimiento, se levanto de su asiento, bajo el libro que estaba leyendo para distraerse de la clase a su mesa y se quito los lentes para mirar de forma seria a sus compañeros de clase así como también a la maestra.

-Hola, mi nombre es Hasekura Asaya, tengo 21 años. Estudio con ustedes el último año de la carrera de Literatura y no, no soy soltero-Dijo como si nada el pelinaranja quitándoles las falsas ilusiones a varias de sus compañeras quienes sin ocultarlo soltaron un suspiro de decepción.

Sin embargo, a la maestra eso le entusiasmo mucho pues la forma en que lo había dicho el de ojos mieles solo le daba a entender una cosa por lo que se acerco a este logrando obtener una mirada de confusión de Hasekura.

Una vez ahí puso una sonrisa en su rostro de forma intrigante y señalo su meñique con el dedo índice de la mano contraria.

-¡Perfecto! ¿Eso significa que has encontrado a tu hilo rojo? Que emoción.

-En lo absoluto-Negó Hasekura de forma tranquila quitándole la sonrisa a la mayor.

-¿Entonces estas con alguien que no es tu alma gemela? ¿Buscas una relación pasajera Hasekura-kun?

-Tampoco, mi pareja es bastante seria, en un futuro estoy pensando en casarme con el.

-¿Pero entonces que procede? ¿Y tu hilo...?

-No importa quien este del otro lado de mi hilo, eso de que alguien esta destinado a ti es absurdo, nosotros deberíamos tener la libertad de elegir con quien estar por decisión, no por algo tan estúpido como el destino-Declaro con firmeza el de piel porcelana causando que todos sus compañeros empezaran a cotillear pues era algo de verdad increíble que alguien estuviera en contra de algo tan sagrado como el hilo rojo.

-Entiendo tu punto de vista Hasekura-kun, pero el día en que encuentres a quien es tu hilo rojo, te darás cuenta que no puedes evitar al destino.

-Como sea-Dijo el de ojos mieles tratando de dar por finalizado ese tema que siempre le habían recordado hasta el cansancio.

-Bueno, con eso aclarado continuemos. Muy bien clase, ¿quién es el siguiente?

Hasekura volvió a tomar asiento y siguió en su libro.

¿De que trataba aquello que leía para salir del aburrimiento?

Pues de lo único que podía leer en esa clase sin ser molestado, un libro que era parte del compendio favorito de su profesora al ser su autora.

Y si, lamentablemente era acerca de ese tema estúpido del hilo rojo del destino.

"... Esta condición surgió cuando se descubrió que la arteria ulnar conecta el corazón con el dedo meñique. Al estar unidos por esa arteria se comenzó a descubrir que los hilos rojos del destino unían los meñiques con los corazones; es decir, simbolizaban el interés compartido y la unión de los sentimientos.

¡NO! Al hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora