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Estúpido, claramente estúpido, eso era lo que tenia en mente el alumno de ojos mieles sintiéndose muy ridículo haciendo eso.

¿Por qué tenían que hacer esa actividad innecesaria? Se suponía que eran alumnos por graduarse, no niños ni mucho menos recién llegados a la carrera

Y aun si lo fueran, no eran actividades que consideraba adecuadas para su edad.

Pero en fin, ya solo era un año más.

Soportaría lo que fuera por su carrera, aparte de que era parte de su calificación en esa materia.

Con pesadez, miro a su compañera de manera tajante y le pregunto con indiferencia para dar pie a la actividad.

-¿Soy un libro de acción?

-No-Respondió esta viendo de nuevo la papeleta en su cabeza para luego pensar y formular su pregunta con emoción, algo muy contario al más alto-¿Y yo soy un libro dramático?

-No exactamente. ¿Trato entonces de amor?

-¡Si!-Grito entusiasmada la joven con alegría mientras empezaba a atar cabos sueltos con el libro escrito en la papeleta que tenia en su cabeza-¿Soy un clásico?

-Si. Entonces, si soy de amor, ¿mi temática es cliché?

-Un poco, pero es un cliché tan genial. Un momento, creo que ya se que libro me toco, ¿soy crónica de una muerte anunciada?

-Si, ese es tu libro-Dijo de forma seria el más alto logrando que la chica saltará de su asiento pues había completado la primera parte de la actividad.

-¡Genial! Iré a buscar a mi autor, gracias Hasekura-kun.

-Pero yo no he...-Empezó el más alto pues el no había adivinado aún cual era el suyo.

Sin embargo la chica se había ido ya dejándolo solo en su asiento lo cual solo logro provocar la molestia del más alto.

Hasekura, totalmente harto de esa actividad, decidió buscar a otra persona que preguntar.

Puede que esa actividad tipo "Hedbanz" fuera estúpida, pero cuando se proponía algo, no había quien no lo detuviera o hiciera cambiar de opinión, ni siquiera su preciado novio.

Sin embargo, cuando trato de encontrar a quien preguntar se dio cuenta que todos tenían parejas ya hechas, es decir ya estaban tanto autores como libros correspondidos juntos.

Claro, menos él.

-Hasekura-kun-Llamo la profesora muy sonriente viendo que este era el único perdido entre todo el grupo al miso tiempo que se acercaba a el-Veo que usted fue el afortunado.

-¿Afortunado?

-Yo soy la autora del libro que es usted, ¿ahora ya sabe que tiene escrito en la papeleta de su cabeza?

En ese momento, Hasekura maldijo por lo bajo pues sabía perfectamente ahora que libro era.

"Maldición, no de nuevo esté estúpido tema"-Pensó el ojimiel sintiéndose totalmente en contra del destino.

-Entonces, ¿soy el libro del hilo rojo del destino?

-¡Muy bien Hasekura-kun! Parece que encontró a su autora, bien hecho. Ahora todos a sentarse, por favor.

Todos los estudiantes volvieron a su lugar y la profesora se dirigió a su escritorio.

Ahí saco el libro de su autoría, hilo de coser rojo y se colocó al frente de todos.

-Bueno, ya que el último libro en encontrar a su autor fue el de Hasekura-kun, que es el mío, les hablaré un poco mejor de este tema.

-¿No podemos mejor abordar otro tema?-Pregunto con súplica en su rostro el de ojos mieles logrando solo que la profesora sonriera.

¡NO! Al hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora