19

236 26 4
                                    

Los ojos mieles estaban totalmente abiertos con preocupación clara reflejada en ellos.

Las manos pálidas temblaban sin poder controlarse y sin omitir que el corazón tan débil que poseía empezó a agitarse por la hiperventilación que estaba experimentando.

-¿Como pasó esto?-Pregunto Hasekura sintiéndose cada vez más miserable.

-No puedo decirte mucho porque él me hizo prometer no decirte varias cosas.

-¿Hablaste con él y no me despertaste?

-Fue su petición antes de irse.

-¡Prometiste despertarme!-Gritó el ojimiel con enojo provocando que Toru suspirara y se sincerará manteniendo su expresión seria.

-Lo siento Hasekura-san, pero sus palabras tuvieron más efecto en mi, es algo complejo de explicar.

-Lo peor es que también lo dejaste ir sabiendo lo débil que estaba, yo creí que lo apreciabas.

-Y lo hago, por lo mismo es que cumplí lo que me pidió, entre eso estaba el irse, a lo cual no me pude negar por lo que te dije.

-¿Hace cuanto se fue?

-Tiene 2 días.

-¿Qué? No puede ser, dormí demasiado entonces.

-¿Qué esperabas? El día de la separación todavía te atreviste a cargar a Setagawa-kun entre tus brazos además de tener mucho en mente, era obvio que tu cuerpo te lo iba a exigir.

-Que problema, no hay de otra, yo también me voy inmediatamente.

-¿Estas loco? Debes reposar todavía algunos días, se que ya paso el día de reposo pero aún así falta para que estés al cien.

-Setagawa está ahí fuera mucho más débil que yo pues el no siquiera descanso un día, debo tratar de alcanzarlo y verificar que llegue bien, no soporto la idea de yo quedarme aquí mientras el corre peligro.

-¿Por qué? ¿Cuál es la razón tan fuerte que te hace querer ir detrás de él aún cuando ya no están unidos?-Cuestionó de forma firme el mayor no pudiendo ocultar su curiosidad por aquella actitud tan protectora del pelinaranja.

Hasekura se calló en ese momento, esa pregunta le había tomado desprevenido totalmente.

¿Por qué? Pregunta tan simple que le hizo meditar y darle vueltas a la respuesta que no llegaba por mucho que se esforzara.

Era cierto, aquello que estaba experimentando ya no era por la unión, eso había quedado en el pasado, estaba más que evidenciado por su hilo roto.

Entonces, ¿cuál era la razón por la que no podía dejar ir al rubio sin sentir aquella opresión en el pecho que tenía cada que pensaba en el?

-Lo amas, ¿verdad?-Dijo el mayor de repente interrumpiendo los pensamientos de Hasekura provocando que se la abrieran los ojos y le temblara la voz.

-Yo...

-No debes decirme nada a mi sino a la persona de la que estás tan preocupado.

-Creo que ya es muy tarde, ¿no?

-Puede ser, después de todo debes afrontar las consecuencias de romper algo sin aclarar lo que sentías antes por el, y no me refiero a un sentimiento que solo haya sido por el hilo que compartían.

-¿De qué habla?

-Lo que sientes ahora solo es prueba de que lo que desarrollaste hacia Setagawa no fue solo por su hilo, ese sentimiento que tienes es lo que tanto buscabas, algo que no fuera dictado por un estúpido hilo.

¡NO! Al hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora