Hermanas [GTA Roleplay Mafia]

17

POV'NARRADOR EXTERNO

Todos, incluida Natasha, estaban en la sede preparándose para atacar a Akim y su mafia. Estaban alistando coches, armas, ropa... iban a caer todos.

POV'NATASHA

Acababa de ducharme y me estaba vistiendo para el operativo.

Cuando terminé, cogí mis cuchillos y la SMG. Salí y ya todos estaban preparados. Yo conducía uno de los Camachos, en el que iban Nadando, Helsinki, Chino y Diablo. En el otro vehículo iba el resto del equipo. Cuando llegamos a la ubicación del papel, salimos de los Camachos y comenzamos a apuntar a la mafia, que claramente no se esperaba nuestro ataque.

—Akim, te metiste con la persona equivocada —dijiste sin darle tiempo a reaccionar. En segundos, fusilaron a toda su mafia, menos a él.

—Sabes perfectamente todo lo que he pasado, y aun así te atreviste a usarme, Akim. La has cagado, y mucho —dijiste acercándote a él. Estabas al borde de las lágrimas.

—Perdón, Natasha, no quería hacerte daño —dijo, intentando hacerse el inocente.

—Pues lo hiciste, Akim. Lo hiciste... —dijiste, comenzando a llorar.

—Bés, eres una blanda de mierda —respondió él, desafiante.

—Repítelo si tienes cojones, Akim —dijiste, poniéndole un cuchillo en el cuello.

—Eres una niña indefensa y tonta. No sé qué te ve Armando.

—Pues Natasha es una bellísima persona por dentro y por fuera, muy fuerte y emprendedora —dijo Armando—. Ella sí que me gusta.

Me había cabreado tanto que le hice una X en el cuello. Empezó a desangrarse.

—Ahora sufrirás todo lo que yo he tenido que pasar —le susurré. Solté el cuchillo al suelo—. Hijo de puta...

Comencé a caminar hacia fuera de la nave, donde yacían los cadáveres de los hombres de Akim. Todos nos subimos a los Camachos. El camino de vuelta a la sede fue muy silencioso. Al llegar, la gente empezó a hacer el gilipollas como siempre...

Me fui a mi habitación. Entré al baño, abrí la ducha, me quité la ropa y me metí bajo el agua. Solté un suspiro al notar cómo el agua caía por mis hombros... Ducharme me relajaba mucho. Estuve un buen rato bajo el agua. Al salir, me envolví en una toalla. Busqué ropa cómoda en el armario y, después, me sequé un poco el pelo.

Cuando terminé de secarme el pelo, cogí mi caja de tabaco y el mechero. Salí a la terraza de la sede, encendí un cigarro y le di una calada.

—No sabía que fumabas —dijo Armando, detrás de mí.

—Solo fumo cuando estoy nerviosa o contenta —dije, llevándome el cigarro a la boca.

—Tu hermana nos contó lo que hacías por ella cuando eran pequeñas... —dijo—. No lo sabía.

—El pasado es pasado. Déjalo —dije. En ese momento, me llegó un mensaje:

Entrenadora 🤸‍♀️
Señorita Natasha, dentro de una semana habrá un campeonato en la ciudad. Practique...

Yo:
Vale, muchas gracias por avisar.

Apagué el cigarro y entré de nuevo a la mansión. Me fui a mi habitación y me metí en la cama. Mañana tenía un largo día.