Natasha shevchenko de 26 años y Laura shevchenko de 25 años dos hermanas con un duro pasado , se mudan a Los Santos. Las hermanas estudiaron ingeniería mecánica llegando a ser profesionales. Natasha (tu) es la herman mayo teniendo un año más tiene e...
Me desperté poco a poco, había dormido muy bien. Me levanté y desperté a mi hermana. Las dos bajamos a desayunar. Después, fuimos a nuestras respectivas habitaciones a ducharnos y cambiarnos, ya que teníamos que realizar las oposiciones del mecánico.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Yo
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Laura
Nos terminamos de cambiar, luego cogimos el coche y nos dirigimos al mecánico. Al llegar, nos bajamos del coche y esperamos a que Armando y Yun se nos acercaran. Después de unos minutos, se nos acercaron los susodichos.
—Hola —saludamos Laura y yo a la vez.
—Hola —respondieron.
—Una pregunta, ¿tenéis experiencia en esto...? —preguntó Armando.
—Mi hermana y yo estudiamos ingeniería mecánica, no sé si eso vale... —dije con una sonrisa.
—¡Pelfecto! Alguien con estudios —dijo Chino—. Pues Laula se viene conmigo a hacel las oposiciones, y tú con Armando.
—Ven, anda —me dijo Armando.
Yo le seguí y me guió hasta un coche.
—Vale, Nat, tienes que pintarlo y tunearlo... —me explicó lo que tenía que hacer. Yo asentí, saqué mi teléfono, me puse los auriculares y empecé a escuchar música mientras trabajaba. Puse la canción Narcos.
Empecé por los problemas más grandes y luego revisé si tenía algún otro detalle. Después de tunearlo, lo cambié de color a uno rojo con pequeñas líneas pintadas en negro. Me dieron tres horas para hacerlo, pero lo terminé en una. Al terminar, me limpié las manos con un trapo y seguí escuchando música, hasta que me llevé un susto al escuchar voces.
—Pero, ¿cómo lo has hecho solo en una hora? —preguntó Armando, asombrado.
—Pues... no lo sé —dije, parando la música y quitándome los cascos.
—Pues tu helmana ha taldado una hola y media y ha hecho un coche de pfipal —dijo Chino, apareciendo con el resto de los mecánicos detrás—. Almando, estos coches los vendemos y sacamos un pastizal.
—¡Hostias! —dijeron los demás mecánicos al ver el coche que había terminado.
—Pues estáis contratadas —dijo Armando con su tranquila voz—. Mañana a las ocho empezáis.
Las dos nos marchamos con una gran sonrisa mientras el resto observaba cómo nos montábamos en el coche y nos íbamos. Cuando llegamos al apartamento, pedimos comida a domicilio y estuvimos viendo películas el resto del día. Cuando se hizo tarde, nos fuimos a dormir.