Natasha shevchenko de 26 años y Laura shevchenko de 25 años dos hermanas con un duro pasado , se mudan a Los Santos. Las hermanas estudiaron ingeniería mecánica llegando a ser profesionales. Natasha (tu) es la herman mayo teniendo un año más tiene e...
Me desperté y me levanté de la cama, fui a desayunar. Al terminar, me vestí con algo cómodo, no me apetecía arreglarme.
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Cuando terminé de vestirme, monté en mi moto y me dirigí al mecánico con mi hermana. No tenía ganas de hablar ni de hacer nada, pero teníamos que trabajar. A veces sufría de fuertes dolores de cabeza, por eso estaba así. Cuando llegamos, me cambié y empecé a trabajar. Después de mi jornada, me cambié a ropa de civil con mi hermana y nos montamos en las motos. Pero, en un momento, teníamos un camacho negro delante y otro detrás. Mierda, pensé, no podía aguantar mi dolor de cabeza. De los camachos bajaron varios hombres con máscaras y nos obligaron a montarnos. Por suerte, llevaba uno de mis cuchillos encima. Nos llevaron a un descampado, donde nos bajamos. Ellos se pusieron delante y nosotras enfrente.
—Hola, Natasha y Laura —habló uno de ellos—. Creo que no sabéis por qué estáis aquí...
Yo, con un rápido movimiento, tenía agarrado a uno de ellos con mi poca fuerza y le puse el cuchillo en la garganta, a pesar del dolor.
—¡Qué cojones! —gritó. Le quité la máscara, dejando ver a Tonet, el del mecánico.
—No se lo coláis ni a Dios, mecánicos —dije. Con la lógica, supuse que eran todos mecánicos y no me equivocaba, ya que ninguno llevaba máscara; se las habían quitado—. Estáis hablando con Ginebra y Helsinki.
Todos estaban asombrados, las chicas normales eran atracadoras con una puntería magnífica. Solté a Tonet, pero segundos después me caí al suelo. Mierda, el dolor me superaba. Caí inconsciente.
POV Armando
Después de que Natasha soltara a Tonet, cayó al suelo inconsciente. En ese momento me preocupé, no sabía lo que pasaba, pero por la cara de tranquilidad de su hermana, no parecía tener tanto miedo.
—¿Me podéis llevar a casa y os explico lo que acaba de pasar? —dijo Laura, mientras cargaba a su hermana.
Nos montamos en uno de los camachos y fuimos a su casa. Al llegar, dejó a Natasha en su habitación. Mientras tanto, esperamos en la habitación de la susodicha a que despertase.
POV Natasha
Abrí lentamente los ojos. El dolor de cabeza ya se había pasado. Giré mi cabeza y observé mi habitación; estaba mi hermana y los mecánicos.
—Hola —dije un poco avergonzada—. Sorry, os lo tenía que haber dicho... desde pequeña, algunas veces sufro fuertes dolores de cabeza sin sentido, y hoy me levanté con uno de esos.
—No pasa nada —dijo Armando, con una sonrisa que me dio mil años de vida.
—¿Por qué os apodáis Helsinki y Ginebra? —preguntó Chino.
—Porque me encanta la ginebra, me empezaron a llamar así.
—Me encanta Finlandia —dijo Laura.
Estuvimos un rato hablando y riendo. Después, ellos se fueron. Cenamos y me fui a dormir.