-¿Chat Noir?- las orbes azules de la chica se abren en sorpresa, limpiando sus ojos rápidamente en un intento en vano de limpiar sus lágrimas. -Lo siento, no quería asustarte-de nuevo, pensó. -¿Qué haces aquí?- pregunto la azabache, aclarando su garganta. -Te escuche llorar y yo quería saber si estabas bien- se excusa el rubio. -No te importa- contesta bruscamente y de manera grosera la chica. Y tenía razón, eso al chico no le importaba, pero por alguna razón quería saberlo e intentar hacerla sentir mejor. -Bueno, después de todas las veces en la que te he salvado pensé que ya teníamos confianza- intento bromear el héroe, recordando las veces en las que ha compartido momentos con ella. La chica lo miro con desconfianza, pero por dentro sabía que su compañero de batalla era una persona de confiar, además de que necesitaba contarle lo que le pasaba a alguien, ya que conforme el día no fue capaz de decirle nada a su mejor amiga. -Hoy en la mañana me le declare al chico que me gusta, pero me rechazo- la voz de la azabache se quebró y de nuevo las lágrimas se deslizaron por sus mejillas.