No sé desde cuándo puedo hacerlo. Solo sé que cualquier número que veía sin importar qué tan largo era quedaba en mi memoria. Podía ser catologada como una mente brillante solo por poseer esta habilidad. Y podía ser algo absurdo pero me trajo una incontable cantidad de beneficios. Además nadie sabe lo que soy capaz de hacer. Claro, exceptuando a dos hermanos asesinos y a un hombre policía. Y bueno, ahora también unos traficantes que me tienen secuestrada. Todo por que mi cerebro es capaz de memorizar en un pestañeo cualquier secuencia de números que veo. Es totalmente inconsciente pero queda en mi memoria y cuando lo necesito vuelve a mí. Así he resuelto muchos tipos de problemas. Y me he valido de eso para hacer lo que mejor sé hacer: robar. Pero no sabía que gracias a todo eso lograría conocer a tres hombres que impactarían en mi vida. No solo por ser atractivos, cómicos o sarcásticos, que lo son. Sino, porque trabajan para una organización gubernamental oculta que busca, justamente, a criminales. Criminales como yo.