-¡Llamaré a la policía si no me dices quien eres y que carajo quieres!.- lo amenacé. -No..- respondió casi en un susurro por fin. -¿Porque no, acaso hiciste algo malo?.- le pregunté por su respuesta negativa ante la mención de la policía. -No, no lo hagas, seré bueno... lo prometo.- respondió luego de un par de minutos. Me desconcertó y asustó en partes iguales al escuchar su voz, había sonado como la de un niño pequeño, no propia de su cuerpo adulto. ¡ESTA HISTORIA ES DE MI AUTORIDAD!. No se permite plagio, si quieres escribir que sea de tu propia imaginación...