Desde las sombras del anonimato, un asesino hace de las suyas por motivos que solo él conocía. A pesar de todo, la mayoría de gente sigue pensando en él como un monstruo, debido a que sus víctimas no tienen más en común que sus actos de humildad. Él solo tenía un propósito; colocar todas y cada una de las flores de papel que tenía en su pequeña caja. Una vez terminase aquello, solo pensaba en dejar todo atrás y seguir su camino planeado. Ella solo era alguien con mala suerte, su camino fue cruzado con aquel verdugo que únicamente vivía por y para su venganza. "El amor es solo una estupidez, una pérdida de tiempo. No es necesario enamorarse cuando el entorno está manchado de sangre y lágrimas porque eso significa que no hay un futuro." Fue lo que siempre pensó hasta que... Una flor de origami es un logro para él, sobretodo cuando se mezcla con la satisfacción de su rostro y la sonrisa frívola que emanan sus labios.