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Con un suspiro, que significaba mas de lo que quería admitirse, cerró la conversación con Jimin. No podía prometerle que iría de todas formas, así que solo lo dejó en un veremos y salió del chat.

En otros tiempos, el omega habría reventado su teléfono con cientos de emojis y mensajes de su voz dulce y suplicante, rogando que dijera que sí. Y él hubiera aceptado después de un tiempo, haciendo lo que su amigo pidiera como si fuera un mandato del cielo.

Ahora era tan diferente que dolía.

Yoongi sentía dolor físico por lo diferente que era todo. Su pecho estaba apretado y frío casi todo el día, y su mente estaba todo el tiempo trabajando activamente, impidiéndole hasta el sueño.

Era su culpa, lo sabía. Pero saberlo no impedía que doliera como lo estaba haciendo.

Llevaba casi dos años sin ver a Jimin. Un año y algunos meses, para ser justos, pero en su cabeza podía haber pasado diez años y se sentiría igual de mal.

Igual de perdido.

No importaba que tanto pasase, la pena y el malestar no se iban. Nada mejoraba, el jodido tiempo no lo cura todo. No cuando Yoongi se siente tan vacío y oscuro como el primer día.

El día que agredió a la persona mas importante para él.

Lo que es peor, Yoongi siente que se está acostumbrando a sentirse así de mal. Ahora incluso puede sonreír y ser un poco agradable con sus compañeros, aunque se esté consumiendo por dentro.

No ha logrado salir con nadie, sin embargo. Y tampoco cree que vaya a intentarlo pronto. No mientras Jimin sea lo único en su maldita cabeza todo el día.

Jimin Jimin Jimin

Cinco letras que se repiten como constante en su mente, acompañadas con cientos de recuerdos que Yoongi quisiera borrar.

No puede borrarlos. Como mismo no puede borrar los cientos de vídeos y fotos que tiene en su teléfono, y que repite y repite, siempre encontrando algo que antes no había notado.

Se odia, pero se alegra de haber grabado tantos momentos del menor. Y quizás todo sería mas fácil si no los tuviera, pero los tiene y Yoongi no es tan fuerte como para no verlos.

Una y otra vez, hasta que pueda memorizarlos.

Jimin bailando, Jimin cantado a todo pulmón alguna canción cursi, Jimin jugando con su mascota, Jimin comiendo helado mientras daba una disertación sobre las mejores combinaciones. Lanzando besos, caminando, riendo o simplemente mirando a la cámara.

Yoongi los encuentra a todos igual de fascinantes y se encarga de verlos hasta que su visión está borrosa por las lágrimas y su lobo cansado de esperar.

[🐣]

Las mañanas siempre son ajetreadas, sobre todo para alguien que viene a conciliar el sueño casi al amanecer. Pero Yoongi tiene una voluntad de hierro. Eso y que Hoseok es capaz de tumbarle la puerta si no se levanta; aunque tenga una llave perfectamente funcional.

-Levántate y brilla, mi azúcar.

No sabe porqué, pero ese alfa chillón y miedoso es su único amigo. A pesar de que se atreva a interrumpir en su departamento a la indignante hora de las 7:00am.

-Muy lejos del azúcar. -gruñe, cubriéndose mas con su manta.

Hoseok se hunde en una esquina de la cama y le mira fijamente. -¿Otra vez? - y Yoongi sabe exactamente qué le esta preguntando.

-No quiero hablar de eso.

-Si no quieres hablarlo conmigo, bien. Lo acepto. -anunció el otro. -Pero vas a hablarlo con algún profesional, Min Yoongi. Porque esto ya no es sano.

He's Mine 🍦 YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora