He's Mine 🍦 YoonMin

🍦2 - Angelical.

Jimin estaba parado frente a la mesa de la cafetería, con una malteada en su mano y su celular en la otra, esperando a que sus amigos trajeran su almuerzo.

Él siempre era el encargado de guardar sitio para todos, mientras Yoongi y los otros buscaba su comida.

¿El motivo?

Digamos que la estatura de Jimin era muy poco llamativa para la horda de animales que componían el equipo de fútbol de la escuela, y habían sucedido dos o tres accidentes hasta que Yoongi le sugirió que él permaneciera alejado de las filas.

—Hoy había carne desconocida y frijoles verde-misterioso. —le dijo TaeHyung acercándose a la mesa, con una bandeja en su mano.

—¿Y había postre?— preguntó con esperanza.

—Nop.

—¿Por qué se demoraron tanto entonces? Llevo como tres horas aquí. —puchereó sentándose.

—Eh, JungKook está dando una vuelta por la máquina expendedora y Yoongi... no sé si debas saberlo.

Jimin detuvo su lamentable lloriqueo y levantó la vista hasta el omega de cabellos largos. Solo había un motivo para que Kim TaeHyung tuviera tacto al hablarle.

—¿Donde está?

TaeHyung tragó en seco, sabía que su amigo reaccionaría mal. Pero no había de otra.

—Mm, pues...— dudó. —Puede que un grupo de omegas le halla detenido camino aquí.

La rapidez con la que Jimin se puso de pie solo podía ser competencia para Flash. El omega rubio dejó su malteada sobre la mesa junto al teléfono aún encendido y salió disparado hacia ...

—¿Por donde dijiste que estaban? —preguntó el rubio cuando volvió sobre sus pasos.

—Por allá. —señaló el menor.

—Gracias, TaeTae. —gritó mientras corría.

—¡¡SOLO NO LAS MATES!!

TaeHyung se dejó caer de vuelta en su sitio, bastante seguro de que Yoongi no permitiría ningún derramamiento de sangre... al menos no de Jimin.

Como quien no quiere las cosas, estiró su mano hasta agarrar el teléfono desbloqueado y accesible de su amigo. No le sorprendió que el fondo fuera una foto de Min abrazando a Jimin, y que el último chat fuera con el alfa, o que la ultima llamada fuera con el susodicho.

A estas alturas, nada que hiciera Jimin relacionado con Yoongi  le asustaba.

—¿Estas revisando las cosas de mi hermano otra vez?

El teléfono casi cae al piso del susto. TaeHyung volteó a mirar a su novio, colocando sus mejores ojos de cachorro arrepentido.

—Puede ser. —murmuró.

—Dejame ver a mi también. —chilló el alfa trigueño haciéndose sitio cerca de él. —Necesito nuevo material para extorsionarlo.

Ah, su JungKook. Siempre tan maduro, tan buen hermano.

⚫❇⚫

Jimin no era celoso. Mucho menos posesivo. Dios no. El que dijera esa barbaridad sobre él estaba delulu.

Jimin solo era muy... muy omega. Y los omegas son seres dulces, cariñosos e inofensivos, hasta que alguna perra flaca con extensiones venía a su territorio a coquetear con su alfa.

Él no se quedaría de brazos cruzados, no señor.

—Hola amor. —canturreó al llegar donde Yoongi.