🍦15 - Unstoppable

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La expresión en la cara de Jimin era indescifrable, pero Yoongi no tenía tiempo de preocuparse por eso. No si apenas podía respirar correctamente, mientras se atiborraba de la imagen que ofrecía el menor.

Había sido demasiado tiempo.

Y era tonto sorprenderse pero Jimin había cambiado en ese año y medio. Vaya que lo había hecho.

Su cabello dorado estaba mucho mas largo que como recordaba, y algo rizado en las puntas, lo que encontraba adorable. Sin embargo, las esponjosas mejillas que amaba besar ya no estaban. Jimin se veía muchísimo mas delgado y pequeño que antes y eso se sintió como un golpe para el alfa, porque sabía que, en parte, era su culpa.

A pesar de todo se veía hermoso.

Mas bonito que cualquier otro omega que Yoongi hubiese visto en su vida, y él conocía a Jin y a TaeHyung. Tenía un aire mucho mas maduro, pero sus ojos grandes y brillantes eran exactamente los mismos que de cachorro. Y lo estaban mirando con una mezcla de dolor, alegría e ira, como si Jimin no se pusiera de acuerdo con como sentirse.

Finalmente, la ira pareció ser la ganadora, pues el alfa recibió un golpe en su mejilla izquierda que dejó marcada la pequeña palma del omega.

-¡Maldito desgraciado! -gruñó el rubio, levantando su mano para golpear de nueva cuenta al mayor, bajo la mirada expectante de todo el público. -¡Maldito! ¿Como pudiste hacerme esto? ¿Eh? A mi. A quien dices querer tanto. ¡¿Como pudiste dejarme solo, Yoongi?!

-No hagamos esto aquí. -rogó.

-¿Por qué diablos debería escucharte?

Los ojos de Jimin estaban mas y mas plateados a medida que las lágrimas comenzaban a llenarlos y la multitud parecía dispuesta a seguir mirando y riendo sin importar nada. Colmando la paciencia del alfa cuando vio a algunos apuntando sus cámaras hacia ellos.

Sus manos se movieron por si solas, llamenle instinto o no, en segundos ya estaba conduciendo al menor fuera de allí. Apretado contra él, muy, muy cerca, mientras Jimin solo hipaba y arrugaba su camisa entre su puño. Definitivamente no soltándose.

No estaba seguro de a dónde llevarlo, pero la idea de las aulas abandonadas por la fiesta fue lo mejor que llegó a su cerebro alterado. Así que, mientras la música de la ceremonia comenzaba a resonar lejana, Yoongi arrastraba a Jimin por los pasillos de la que una vez fuese su escuela. Caminando a prisa, hasta que entran en un salón.

Y es solo trancar la puerta tras ellos y Jimin está fusionándose a él en un abrazo.

-No tienes idea, Yoongi. -susurra el omega.

Parece olvidar por completo su furia, mientras aspira y aspira el aroma que está expeliendo el alfa. Sus deditos suben y sueltan los primeros botones de la oscura camisa hasta tener el espacio suficiente de hundir su nariz fría en la cálida piel.

Yoongi siente sus piernas flojas, porque la realización llega a él de golpe cuando se sabe oculto y seguro junto al menor, sin nadie mas cerca. Sus brazos trepan y se enredan en la pequeña cintura del mas bajo, apretándolo porque, dios, no puede creer que lo tenga así de nuevo.

Ha pasado demasiado tiempo. Demasiado.

-Sé que fue difícil. -murmura contra el cabello del rubio. Su olor a lirios empapaba la habitación. -Para mi fue tan difícil, Imini. No puedes ni imaginar que-.... Ah!

Su voz sale como un quejido bajo cuando siente los pequeños colmillos del menor hundiéndose en su piel.

Es muy placentero tanto como es desaconsejable, y Yoongi debería detenerlo porque no es correcto. Pero con cada mordidita que va dejando el rubio, siente electricidad recorriendo su espina dorsal, su corazón latiendo mas vivo de lo que ha estado ese ultimo año y su lobo inclinado dócil y sumiso ante el omega.

He's Mine 🍦 YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora