Diálogos nocturnos que hago llamar poemas [Nuevos capítulos]

A mí santa familia

Llevo una carga en los hombros y unas pesas en los tobillos, hoy una llamada trajo a mí el repugnante vómito de quienes pretenden creerse dignos.

«esa condición», «eso», «ese problema», así se refieren a qué sea abiertamente bisexual. Mi familia nunca fue perfecta, pero en los breves momentos juntos llegué a pensar que los prejuicios se iban al carajo y que podíamos ser a la luz de un árbol colorido un grupo de personas felices. Me equivoqué en todo, perdí de vista una parte de la naturaleza humana y tras de mi fueron tejiendo mentiras, exageraciones y cuentos, tantos y tan terribles todos con un enfoque preciso: «es gay».

Hablan de mi vida sexual con desdén, llenan sus mejillas con ínfulas de superioridad y escupen lejos atinando a la cabeza. Es de crueles agredir al más débil y con claridad lo expongo: mi madre la fanática religiosa presa de sus comentarios homófobos se convirtió en el objeto de burlas y vituperios, saben que su dolor me duele, saben que con ella abatida debilitan el espíritu de sus hijos.

Te lo digo minina que juega con sentimientos ajenos, deja de vivir esperando a que alguno caiga para enaltecer tu ego, el mundo no es de estambre y tú no eres el centro del mismo ¿Qué ganas transmitiendo verdades a medias? ¿Acaso me lo has preguntado? ¿Eres capas de mirarme a la cara y sostener con evidencia tanta charlatanería santurrona? El que tú hijo sea transgénero no te bautizo como juez y verdugo.

«¿Por qué no lo mantuviste oculto?» dice mamá y menciona que lo hago con intención de hacerle daño, no te das cuenta que tus reclamos me desgastan, tus palabras duras reclaman a mi esencia ser quien es y no notas la incongruencia.

Me iré lejos apenas pueda costearme los pasos y dejaré sus altísimos apellidos libres de la mancha lavanda, para que los sigan usando bajo sus estándares los cuales no difieren de los pecados capitales. «Adiós» diré a la gente que adoptó de cuna una creencia a medias, una ética que no cumplen pero que si reclaman en aquellos que no profesamos lo que les parece grato.