Diálogos nocturnos que hago llamar poemas [Nuevos capítulos]

Cristales rotos.

Los fragmentos filosos, piezas perdidas de los sueños ajenos ¿Podría ser tan simple la respuesta del olvido? Cosas dejadas en el camino, pensamientos inconclusos, aspiraciones aparentemente esfumadas, deseos cohibidos, verdades encapsuladas y atrapadas bajo el peso de una realidad cambiante. El vacío que todo lo absorbe con premeditación ha dejado elementos disponibles para que se reanude la imitación de lo bello y de lo querido, para que con aquel remanente nazcan nuevas promesas vanas y se prolongue indefinidamente la tarea. Colectamos los sentimientos dispersados en el suelo, disponemos de ellos y los configuramos, apilamos y desglosamos de tal manera que se nos hacen tan nuestros, tan originales, tan vividos como nosotros mismos ¿Sera posible que el fracaso sea inherente al emprendimiento? El reciclar lo primero, siendo estos objetos incomprensibles ante sus reducidas dimensiones en comparación con lo que fuesen en un comienzo, destina a todo aquel que los use a fracasar en el intento de establecer un camino sin un final violento. Violento fue el quiebre del cristal y aun repuesto con piezas prestadas se aproxima presuroso a fragmentarse en mil pedazos.