Se marchó y no me di por enterado, se alejó de mí el tiempo aquel en que el sol pasaba sobre mi piel lento y noble, no porque el día sea otro sino porque ahora estoy sujeto a mis sueños. Quien diría que el estar más cerca de lo que es amado nos aleja de igual forma de los leves placeres de una tarde de descanso. El sueño hoy me ha vencido leyendo recostado en mi cama y no es otra cosa que el inicio de la carrera, ya no estaré más quieto y mi mente lo sabe, se sujeta mi cuerpo a ciertas costumbres pasadas, pero no estoy dispuesto a ceder ni a darme por desentendido. Con mi mano tomaré mi alma y la sacudirse con fuerza quitando de ella el polvo y la desdicha. Ya es hora de cambiar el lente por el cual entro a mi mente la luz de este mundo, el cristal opaco se hace transparente ¿Dónde estuve todo este tiempo? Las sombras son más oscuras y la luz más resplandeciente, amo con mayor intensidad y observo mi cuerpo con total regocijo. Se marchó el tiempo de estar inmóvil con las tardes blancas, con las penas negras.
ESTÁS LEYENDO
Diálogos nocturnos que hago llamar poemas [Nuevos capítulos]
Poesía∞ Poemas, monólogos, prosa sombría y pensamientos existenciales ∞