La doble cara

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Lavo mi cara en las mañanas y tú también lo haces, hay una idea que ronda tu cabeza y en las noches te lo susurras entre sueños, me levanto todos los días con la conciencia manchada, sin complejo de cristo, sin palabras soeces bajo la lengua, solo mis buenas intenciones y mis malos hábitos, gira y gira el remordimiento andante, tu y yo sabemos que al mirar pensando en nada el “tal vez” nos invade, suposiciones y aciertos, pero todos son historias inventadas, la poca complacencia en nuestras vidas nos empuja a crear visiones deformadas del pasado, la verdad es simple, nunca fuiste otra persona, estás conmigo siempre, ninguna cara postiza, ningún par de brazos ajenos, eras tú viviendo en mi, en una simbiosis de sentimientos y sugestiones. Sin saber dónde empieza tu esencia y termina la mía me lanzó a argumentar que somos uno solo, sin hipocresía conservo intacta la doble cara, la respuesta sensible ante un escenario hostil, una dualidad latente y tan cierta como mi cuerpo físico. Un día cuando tomen mis escritos de forma literal se incomodaran de no percibir como yo y me lanzarán a los prejuicios, pero estaré junto a mí como siempre lo estuve, usando una media de cada par, compartiendo gustos en una dominancia incompleta a no acabar, sin sentirme extraño, sin dudar al hablar.

Diálogos nocturnos que hago llamar poemas [Nuevos capítulos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora