Capítulo 39

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Capítulo dedicado a Yooh195

11: 30 pm

Salí corriendo de mi habitación sin importarme el hecho que estaba usando una pijama con muchos pollitos estampados. Tomé mi abrigo del perchero y abrí la puerta con cuidado. Sowon dormía y no quería despertarla.

Subí al ascensor y marqué la planta baja. Jimin me había enviado un mensaje diciendome que estaba abajo y no dudé en salir corriendo de la cama.

Las puertas se abrieron y caminé hasta salir del edificio, viendolo apoyado sobre su auto con la cabeza gacha, una camiseta blanca ancha, jeans negros y sus botas estilo militar. Deseaba ver su rostro, pero la gorra que llevaba me lo impedía.

Apresuré el paso y llegué frente a él. Jimin se dió cuenta y subió su mirada.

Ahí fue cuando algo se rompió dentro de mí.

Tenía una expresión de tristeza plasmada en su rostro y sus ojos estaban rojos e hinchados, señal de que había llorado.

─ Jim...

Pero mis palabras se atascaron en mi garganta cuando de repente me atrajo hacia él para encerrarme con sus brazos y esconder su rostro entra la curvatura de mi clavícula y cuello.

Logrando que inevitablemente mi corazón latiera más rápido.

─ L-lo necesito ─musitó en un tono afligido.

Lo abracé y dí suave caricias a su espalda.

─ No sé lo que pasó, pero sé que vas estar bien, ya lo verás ─susurré sintiendo como él más me apretaba contra sí.

No dijimos nada más, quedandonos así por largos minutos.


***


12: 15 am

─ No lo puedo creer ─digo impactada luego de escuchar lo que Jimin acababa de terminar de contarme. Ryujin y Taehyung se habían acostado. Mierda, ¿Cómo pudieron hacerle algo así a Jimin? Él no se lo merece─, ¿Acaso están locos? En serio no puedo creer lo descarado que fue Taehyung al decir que fue culpa del alcohol.

─ Lo sé ─tomó una bocanada de aire y jugó con sus dedos─. Tanto él como Ryujin no valen la pena.

Sus ojos se cristalizaron y yo estiré mi mano para tomar la suya. Él volteó a verme y una pequeña sonrisa se deslizó sobre sus labios.

Los dos estabamos sentado en los columpios perteneciente a un pequeño parque para los niños detrás del edificio.

─ Vuelvo y te repito, vas a estar bien ─conectó mis ojos con los de él y suavizo mi voz─, veras que eso que pasó, pasará a formar parte de un mal recuerdo.

Él asintió y apretó su mano con la mía.

Ladeé mi cabeza viniendome una idea a la mente.

Rayos.

Era una idea vergonzosa pero si logra lo que espero habrá valido la pena.

Me paro frente a Jimin y él mira confundido por mi acción y de repente abre sus ojos ampliamente.

─ La ventana, la ventana. La pared, la pared ─comenzé a cantar y a bailar exactamente igual a Sandra Bullock en la película La propuesta─, este baile me da sed y a la piojosas. La ventana, la ventana ─ví a Jimin taparse la boca con una mano pero igual seguí en lo mío─. La pared, la pared. Este baile me da sed. ¡Piojosas como usted!

Y de la nada, el glorioso sonido de su risa llega a mis oidos haciendome sonreir ampliamente.

Había sido vergonzoso hacer aquello, pero valió la pena. Lo estaba viendo reír y eso era lo que me importaba.

Me senté de nuevo en el columpio a su lado y reí con él.

─ N-no puede s-ser ─decía entre risas─. E-stás loca, Jones.

─ Pero al menos te hice reír ─dije sonriendo.

─ M-muchas g-gracias ─me dice tratanto de controlar la carcajada─, en serio, muchas gracias.

─ Fue un placer, Park.

─ Debí grabarte ─bromeó.

─ Te hubiera asesinado ─río y él tambien lo hace.

─ De verdad, necesitaba esto ─se limpia una lágrima producto de la risa.

─ Entonces me alegra haberlo hecho.

─ Y sé que también tienes razón. Voy a estar bien, sin embargo, necesito unos días para poder superarlo y seguir con mi vida.

─ Y lo haras.

─ Gracias por estar conmigo en este momento.

─ Jamás te dejaría solo en esto, Jimin.

Mis mejillas quemaron cuando me sonrió con dulzura y me miró directamente a los ojos.

Desvíe mi mirada presa de la timidez. Alcé mi vista encontrandome al cielo precioso. Llenos de brillantes estrella.

─ El cielo está muy bonito ─lo miro de soslayo y lo encuentro mirando también.

─ No tanto como tu pijama de pollitos ─ríe leve.

─ Cálla ─doy un suave golpe a su hombro.

─ Es rídiculamente tierna.

─ Fue un regalo por parte de Soyeon, me gusta mucho.

─ Se nota.

Ambos volvimos a reír y hablar de muchas cosas.

Y seguimos así hasta las tres de la mañana en donde me acompañó hasta la puerta de mi departamento luego de ver que casi me caigo del columpio debido al sueño.

Que pena.

RESILIENCIA //PARK JIMIN//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora