Jimin miró su reflejo en el espejo del baño y suspiró con pesadez. Tenía sus ojos rojos e hinchados.
Ayer había pensado muchas cosas que lo llevó a llorar más de una vez. El dolor aún estaba, sin embargo, se obligó a levantarse y a respirar con profundidad.
Tenía que ser fuerte, o fingir que lo era ante lo que haría esta noche.
Abrió el grifo de la regadera e inmediatamente el agua fría corrió por su cuerpo, mientras que sus lágrimas se mezclaban con el agua.
Minutos después salió del baño y se vistió. Una camiseta ancha blanca y unos jeans negro acompañado de unos botas estilo militar del mismo color. Llevó su cabello negro y mojado hacia atrás, y fue directamente a sala.
Miró la hora en su teléfono y marcaban un cuarto para las nueve de la noche.
El timbre resonó en todo el departamento y supo que ya era hora de aclarar muchas cosas.
Abrió la puerta, y lo miró a los ojos sin un astibo de amabilidad. Apretó sus puños con fuerzas evitando romperle la cara ahí mismo.
Taehyung sonrío y él le permitió la entrada sin devolverle el gesto.
─ Dios, Jimin, por fin das señales de vida ─Taehyung le comenta al tomar asiento en el sofá─, vine varias veces pero en ninguna saliste ─aplanó sus labios y negó con la cabeza─. Me preocupé. Pero me alegra que me pidieras venir.
Jimin se preguntó cómo podía actuar de esa manera.
¿Cómo podía atreverse a hablarle cuando se acostó con la que era su novia?
Taehyung tuvo intención de volver a hablar, no obstante, el timbre volvió a sonar.
El pelinegro volvió abrir la puerta para encontrarse con Ryujin. Ella entró llevandose una gran sorpresa cuando divisó a Taehyung, quien se levantó de inmediato.
─ Jimin, pensé que estaríamos solos ─dijo Ryujin incómoda a la vez que su corazón empezaba a latir más rápido producto de los nervios que comenzaba a sentir─, ¿Que hace Taehyung aquí?
─ ¿Algún problema con que esté, Ryujin? ─formuló con frialdad.
Ryujin miró fugazmente a Taehyung y supo por su expresión que estaba igual que ella.
─ Quería hablar con ambos ─Jimin se cruzó de brazos y sonrió falsamente─, por esa razón los cité a los dos.
Tanto Taehyung y Ryujin tragaron en seco.
─ Tomen asiento, por favor.
Para su sorpresa, ambos accedieron y se sentaron en el sofá mientras él sentó frente a ellos.
Era obvio para Jimin lo nerviosos que estaban. Sus ojos los delataban.
─ ¿Sabes qué? ─Ryujin se levantó de un salto llamando su atención─, no tengo tiempo. Hablemos otro día y...
─ ¡Sientate! ─Jimim vociferó logrando sobresaltar a las dos personas frente a él─. Hay un par de cosas que los dos deben aclarar.
─ J-Jimin, hermano, no entiendo, yo...
─ ¡Deja la maldita hipocresía, Taehyung! ─exclamó. Ya no podía ocultar su rabia, no podía hacerlo. La hipocrecía de ambos le revolvía el estomago─. Les haré una sóla pregunta...¿Por qué lo hicieron?
Ryujin no pudo sostenerse de pie y se desplomó sobre el sofá con la palidez cubriendo su rostro.
─ Jimin ─Taehyung sintió ese nudo en la garganta y lás lagrimas acumularse en sus ojos─, Yo... ─y la voz se le quebró.
─ Contesten ─con su rostro enrojecido los miró severamente─, ¿O es que acaso pensarón que su asqueroso secreto no saldría a la luz? ¡¿Que nunca iba a enterarme que follaron?!
Ryujin caminó hasta arrodillarse ante él y tomando su rostro con sus temblorosas manos, le dijo con su voz rota: ─Perdóname, m-mi amor ─pidió con las lágrimas deslizandole por las mejillas─, fue un error, lo sé, pero perdóname, por favor, Jimin...
Él retiró sus manos de rostro y se paró de su asiento dejandolo a ella a un lado.
─ Ahora entiendo tu actitud hacia los demás, Ryujin ─volteó a verla todavía en el suelo─. Los humillabas al punto de hacerlos sentir miserables con la única razón de que ellos sintieran lo mismo qué tú sentías, ¿O me equivoco? ─Ryujin no dijo absolutamente nada─. Y tú Taehyung ─desvió su mirada al mencionado quien bajó su mirada─, por eso tú no podías mirarme a los ojos cuando nos dijiste a Jungkook y a mí que te irías a Estados Unidos. Porque la culpa te calcomía por dentro por el hecho de haberte acostado con la que era la novia de tu mejor amigo ─soltó con crueldad─. Ambos me dan asco.
─ Esa noche no sabíamos lo que haciamos, lo juro ─Taehyung comenzó a contar con su voz hecha un hilo─. Yo había terminado con Miyeon, y esa misma noche en la que decidí cortar la relación, tú y Ryujin habían tenido una fuerte discusión. Da la casualidad nos encontrabamos en el mismo bar ahogando nuestras penas con alcohol ─cerró sus ojos sintiendo las lágrimas caer─. Empezamos a desahogarnos el uno con el otro, y una cosa llevó a la otra y terminamos en la cama.
─ ¡Cállate, maldita sea! ─gritó Ryujin mirandolo con gran odio.
─ En serio te pido perdón, Jimin.
Una risa amarga brotó de los labios del pelinegro: ─¿De verdad estás utilizando esa asquerosa respuesta tan cliché, Taehyung? ─inquirió incredulo. Los miró a ambos, quienes mantenía su mirada clavada en el suelo y negó lentamente con la cabeza─. Les diré algo, el alcohol no tuvo nada que ver, porque por muy ebrios que estemos sabemos bien lo que decimos y sobre todo hacemos. Y ustedes, muy bien sabían lo que hacían. Lo que pasa es que encontraron el alcohol como la justificación perfecta para hacer lo que hicieron y luego decir que no sabían lo que hacían. Los dos son patéticos, ¿No creen?
El departamento quedó en un sepulcrar silencio.
─ Quiero que se larguen ahora mismo de mi departamento ─sentenció Jimin.
─ Jimin, por favor ─Ryujin hizo el amago de acercarse─, por favor...
─ ¡Que se vayan!.
Taehyung sin mirarlo a la cara se fue de ahí dejandolo únicamente con Ryujin.
─ P-por favor ─un sollozo escapó de sus labios.
En cambio, Jimin la tomó por el brazo sin llegar a lastimarla y la sacó. Cerrando la puerta en sus narices. Escuchandola repetir muchas veces desde el otro lado un Lo siento.
Él tapó su boca con sus manos y reprimió el llanto que deseaba salir. Apoyó su espalda en la puerta y se deslizó hasta caer en el suelo.
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RESILIENCIA //PARK JIMIN//
Fiksi PenggemarMuchas veces la vida de una persona puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Hay quienes no resisten el cambio y terminan por rendirse. En cambio otras sin importar la cantidad de golpes que reciben, siguen levantandose para continuar su camino. ...