7 Un casi... todo

10 2 0
                                    

Faltaba poco para que Javi llegara. Me había puesto unas mallas de sport de color negro ajustadas, junto con una camiseta de manga corta. Me dejé el pelo suelto, pues con el casco puesto, me tendría que quitar la coleta o lo que me hiciera en el pelo.

Bajé a mi portal y esperé allí sentada a Javi. Al poco rato se acercó desde el final de mi calle una moto de cross, una Rieju azul y blanca, supuse que sería Javi por los colores... y en efecto, era él, se quitó el casco, que era azul también y me saludó con una amplia sonrisa.

–Te quedan muy bien esas mallas. –dijo dulcemente, repasándome de arriba abajo con la mirada.

–Gracias. –me ruboricé.

Esta vez me vestí así para estar cómoda, no por nada en especial, y aún así le gustaba, pues tenía los mismos ojos abiertos como platos, iguales que los de esta mañana.

–Entonces, ¿estás preparada? –sonrió burlonamente.

–Claro que sí –le devolví la sonrisa.

–Y, ¿estas segura de fiarte de mí? –bromeó.

–Sé que contigo no me va a pasar nada malo. –le aseguré en tono serio y por lo tanto ignorando su tono bromista.

Su rostro se tornó serio ante mi comentario, o triste más bien.

–Haré lo imposible para que sea así. –dijo con un tono de voz más bajo.

Cogí su barbilla y levanté su cara hacia mí.

–¿Me protegerías de todo?

–¿Y por qué no?

–Porque casi no nos conocemos.

–Te lo he dicho esta mañana, para mí ya eres mi amiga, –acercó su rostro al mío.

–Para mí también lo eres.

<<¿Significaba algo el que se me hubiera acercado?>>

Ahora podía oler el aroma de su colonia perfectamente, como ayer cuando me dio dos besos al despedirse.

–Quiero que sepas que me alegra mucho haberme obligado a conocerte, para descubrir que eras totalmente diferente, de todo lo que esperaba que fueras.

Fruncí el ceño ante su comentario.

–No suelo ser muy sociable. –intentó aclararme.

Asentí en respuesta.

Siguió mirándome fijamente a los ojos, con nuestros rostros a escasos centímetros. Su aroma era realmente delicioso y tentador. Me crecieron unas repentinas ganas de besarle, no podía dejar de pensar que tenía su boca tan cerca... Entonces, se alejó un poco, me dio un beso tierno en mi mejilla y me abrazó con fuerza estrujándome contra su fuerte pecho.

Esta muestra de afecto me pilló totalmente desprevenida. No sabía cómo reaccionar. Estaba como en una burbuja, puede que si me moviera, él dejara de abrazarme. Nunca había sentido este nudo en el pecho, ni mi respiración tan entrecortada. Nunca había tenido tanta confianza con un chico, ni tan rápido.

¿A quién quería engañar? Javi no era solo mi amigo. Me moría por besarlo en estos momentos. Por tocar su pelo.

Me armé de valor y me deshice de sus brazos fuertemente apretados a mi cuerpo, lo miré por un segundo y... interrumpió mi plan.

–Perdona, no debí abrazarte, fue un error.

Negué con la cabeza.

–Javi, yo... –dije silenciosa y dulcemente mientras acercaba mi rostro hacia el suyo.

Secretos y Mentiras (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora